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"Estaba perdido hasta que me encontré en ti
Vi un lado de mí que me asustaba
Pero ahora estoy escuchando mi nombre y estoy corriendo hacia ti
Todo lo que siento al acercarse a mi
Es el deseo de moverme como lo haces tú"
Liana miraba el profundo escote de su disfraz de Halloween y sonrie sin duda se veía preciosa. Esa semana estuvo bastante idílica, con Bill fueron al medico a hacerse estudios los que demostraban que no tenía enfermedades venéreas, aun así, seguirían haciéndolo con preservativo ya que en los planes de ambos no estaba un bebe. También fue de compras con Lily por la fiesta, recibió una excelente calificación en un examen y todo iba bien. Le gustaba estar con Bill, entendió que el chico tenía un montón de amigos, pero siempre le daba un momento para ella lo cual la hacia sentir un poco más segura de lo que ambos tenían.
Siente el timbre de la entrada y se coloca un abrigo sobre su revelador disfraz mientras les reparte a los niños del vecindario caramelos. Siempre Halloween fue su fiesta favorita hasta ese suceso, solo esperaba que lo volviera a ser un momento. Son solo las seis de la tarde así que toma su teléfono para llamar a Bill ya que irían juntos a la fiesta de su amiga.
- Hola preciosa- contesta el en el primer tono- ¿Qué estas haciendo?
- Dando dulces a los niños y comiéndome los carmelos- ríe- ¿Qué tal tu disfraz de Lucifer?
- Según mi abuela me veo fenomenal pero no le creo ha comido un montón de dulces.
Liana ríe poniendo su cabello contra su cojín del sofá, quizás usar peluca para su peculiar disfraz no era tan buena idea.
- ¿Ya fuiste por el alcohol para la fiesta de Lily?
- Si tu amiga es una loca, me envía mensajes a cada momento realmente no sé cómo la soportas - ríe- los chicos la ayudan con la decoración
- Tus amigos son increíbles
- Solo cuando existe alcohol y fiestas sin control entre medio ¿Paso por ti?
- Vivo a solo dos cuadras de Lily pensaba caminar
- Déjame ser un caballero Liberato, prometo ser un buen Lucifer esta noche
- Bueno- ríe escuchando el timbre de su casa– pasa por mí, lo siento debo dejarte otra horda de niños que quieren caramelos.