Carum, 2019
Isla
En el acto más vergonzoso que he hecho en mi vida -y es más vergonzoso el hecho de que tampoco me arrepiento- saqué una foto de mi amigo y mi enemigo besándose. Es pura sobre vivencia me dije como dándome a mi misma una explicación. Y además me tranquilicé diciéndome que prefería cortarme los brazos antes que exponer así a mi amigo, esa foto no se la mostraría a nadie, sin embargo, eso Gabriel no lo sabía. Más tarde le explicaría a Aarón que nunca nunca esa imagen vería la luz.
Los dos se separaron, asustados.Atrapados.
Solo me enfoqué en la cara de Gabriel, quería disfrutar ese momento en el que se daba cuenta de que yo lo había pillado. Tenía esa expresión que pondría alguien al darse cuenta que su vida estaba a punto de desmoronarse. Y eso solo lo comprendí por el cambio en su cara. Él no quería que nadie supiera.
Así que uno de los rompe corazones era homosexual.
No me mal entiendan, cada uno debe vivir el amor como según quiera. Aquí lo que sucedía era que mi enemigo tenía un secreto, y yo tenía prueba de ello.
Por un segundo me sentí un poco mal de que mi amigo estuviese con él, ¿por qué escogió al que tenía más problemas mentales? Lo pensé así como si yo hubiese olvidado la forma en que me lancé a los brazos de Gustavo.
¡Ay! ¡Qué hipócrita soy a veces!
Finalmente no era la única atrapada por un Fonseca, y temí por mi amigo quien seguramente iba a terminar con el corazón roto. Por qué así estaba destinado a suceder, ¿o no?
-¿Isla, qué estás haciendo? -preguntó Aarón, sacándome de mis cuestionamientos y mis reproches internos.
Gabriel abrió la boca para decir algo, cuando las luces de toda la casa se cortaron repentinamente. La música se apagó y no quedaron más que los murmullos y conversaciones de la gente.
De repente un grito desgarrador se escuchó desde el piso de abajo, seguido de otro, y de otro. Casi corro a abrazar a Aarón, si no fuese porque Gabriel estaba al lado, y si no sospechase de que podía aprovechar la oscuridad para tirarme por la ventana.
¿Y si Gabriel está detrás de esto?
Las luces de la fiesta en el bosque se habían cortado por su culpa. Las de la casa de Fran también, aunque eso no lo había comprobado.
Retrocedí sin poder ver nada hasta que choqué con la pared contraria. Avancé con una mano en la muralla en dirección a la escalera. Todo se encontraba negro, y me acerqué a una ventana para ver entre sombras como algunos chicos corrían desesperados fuera de la casa.
Las películas de miedo que tanto odiaba ver pasaron por mi mente, haciendo que el miedo se interpusiese ante todas mis sensaciones. Era el escenario perfecto para esas películas de terror de bajo presupuesto en la que casi todos terminaban despedazados.
Una casa cerca de un bosque.
Multitud de adolescentes ebrios.
Sin luz.
Sin donde correr.
Debía salir de allí, buscar a Fran o a Gastón, sin embargo, mis pies pegados al piso impedían cualquier movimiento.
¿Por qué había personas gritando? Escuché otro grito de una chica.
-¡Cerraron las puertas! -gritó alguien, con desesperación.
-¡Isla! ¿dónde estás? -preguntó Aarón, identifiqué su sombra saliendo de la habitación. Me quedé quieta, sin decir nada.
Y de repente se escuchó por un megáfono la voz de un hombre. Carraspeó, haciendo que cada uno de los que seguía dentro de la casa, cerrara la boca.
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Estaba escrito - [Terminada]
Teen FictionA la madre de Isla Ferrer le han ofrecido un trabajo que no puede rechazar si quiere asegurar el futuro de su hija. Para esto debe viajar durante un año por distintos países. Es así que Isla se une a los planes de cambio de ciudad con la familia de...