Carum, 2019
Isla
Gustavo se giró al ver mi expresión.
-¿Qué haces? -preguntó Gustavo a Gaspar.
-¿Qué haces tú? ¿por qué has ido a la casa? -Gaspar lucía confundido.
-Eres un imbécil, y no quiero que Isla esté contigo.
Gaspar se pasó la mano por la barbilla.
-¿Yo soy un imbécil? -Abrió la puerta de su coche, y Gustavo hizo lo mismo.
Oh, dios mío.
Si se lanzaban a los golpes, allí en medio de la nada, no había forma de que alguien los detuviera. Ambos salieron, y cerraron las puertas con fuerza. Yo también salí.
-Gustavo, por favor. Vuelve al coche, me quiero ir. -La desesperación en mi voz era evidente. Gustavo estaba loco, y con el enojo que le veía en su cara, temía de lo que podía hacer. Con un gesto me dijo que me callara, y me lanzó una mirada que me hizo retroceder un paso. Intenté coger a Gustavo del brazo y obligarlo a detenerse, pero se zafó con fuerza.
-No te metas.
Ya nada lo iba a detener, y apenas Gaspar se acercó, Gustavo le dio un golpe en la quijada que hizo que Gaspar tambaleara.
-Nooo, ¡detente! -Cogí mi celular y comencé a llamar a Gastón, pero incluso los dedos me fallaban. Tenía mi vista yendo y viniendo entre los hermanos y mi teléfono.
-Sé lo que hiciste -gruñó Gustavo. Me giré para comprobar si había escuchado correctamente. ¿Qué hizo qué? Gaspar se llevó la mano a la cara por el dolor, y se abalanzó a Gustavo para devolverle el golpe, que le llegó de lleno en la nariz.
-¿Sí? ¿Qué hice exactamente? Puto drogadicto.
Gustavo volvió a la carga, y ambos cayeron al piso con los golpes. De repente me vi gritando desesperadamente, y tratando de meterme entre los dos. Pensé en intentar separarlos pero cuando traté de acercarme, casi me llega un golpe.
Retrocedí, temblando y sudando por completo. Era ver a dos personas casi matándose frente a mis ojos y sin poder hacer nada.
Ninguno de los otros hermanos me contestaba el teléfono, ni tampoco Fran. Las lágrimas quemaban mi piel, mientras veía a los dos golpeándose sin parar. Miré desesperada alrededor pero no había nada que me pudiese ayudar.
-Dios mío, paren de golpearse. ¡Son hermanos! Gaspar... detente, por favor.
Gaspar frenó, y puso un brazo extendido para retener a Gustavo y no recibir ningún golpe. Giró su cabeza hacia mí. Mi pecho subía y bajaba descontroladamente, y el de él también. Me dirigió una mirada cargada de odio, y luego cerró los ojos. Gustavo se alejó unos pasos para tomar aire, y se llevó las manos a las rodillas.
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Estaba escrito - [Terminada]
Novela JuvenilA la madre de Isla Ferrer le han ofrecido un trabajo que no puede rechazar si quiere asegurar el futuro de su hija. Para esto debe viajar durante un año por distintos países. Es así que Isla se une a los planes de cambio de ciudad con la familia de...