¿Que harías si después de una serie de desafortunados accidentes terminas falleciendo y siendo reencarnado en otro mundo con la misión de derrotar al rey demonio siendo tan solo una persona normal si ningún tipo de poder especial? ...ese es el caso...
Cuando desperté lo primero que vi fue la habitación donde había dormido la vez anterior, me encontraba tumbado encima de la cama de paja, con esto dicho pude asegurar que definitivamente lo que viví ayer no era un sueño, decidí levantarme para ir al gremio de aventureros junto a Misha para registrarnos oficialmente como un equipo.
Hablando de Misha ella todavía seguía durmiendo en el otro colchón de paja, cielos parece ser que a esa chica le cuesta levantarse, creo que lo mejor sería intentar despertarla.
Me acerque para suavemente tocarle una mejilla, ella se veía muy linda mientras dormía...hombre me da pena tener que despertarla, pero el trabajo es primero.
"Hey Misha, despierta ya es de mañana"
Mi dedo índice se hundía en su suave mejilla pero ella no reaccionaba, sí que tiene el sueño pesado, parece ser que no tengo otra opción.
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Por ahí pasaba lo que parecía ser un gallo, parece ser que están bien entrenados ya que no me hizo ningún daño cuando lo intente llevar dentro de establo.
Lo ubique justo al lado de donde dormía Misha estaba hice un movimiento prohibido que las personas que anhelan dormir odian con toda su alma, ese movimiento consiste en hacer que el gallo hago su habitual canto matutino a la hora que tú quieras...tan solo tengo que jalar una de las plumas de la parte de acá...
Justo cuando use mi movimiento especial llamada "despertar infernal" el gallo inmediatamente comenzó a dar su saludo a la oreja de Misha...uhh creo que jale un poco demasiado fuerte.
El gallo comenzó con su canto pero este fue mayor de lo que esperaba, sip, no debí jalar con tanta fuerza esa pluma, los ojos de Misha se abrieron de par en par y rodó hacia el piso cubriéndose las orejas y gritando que sacara al gallo del lugar...creo que me excedí un poco
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Cuando Misha se recompuso fingí ignorancia completa sobre el asunto del gallo y le di los buenos días, me disculpare con ella comprándole unas cuantas manzanas...
