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[𝟮𝟬𝟯𝟴].
𝗗𝗲𝗽𝗮𝗿𝘁𝗮𝗺𝗲𝗻𝘁𝗼 𝗽𝗼𝗹𝗶𝗰𝗶𝗮𝗹 𝗱𝗲 𝗱𝗲𝘁𝗿𝗼𝗶𝘁.
𝗺𝗮𝗿𝘇𝗼 𝟬𝟵.

El final de la jornada se acerca y la propuesta que le hizo al androide retumba en sus tímpanos, casi como un molesto ruido atorado en las paredes de su cabeza. Casi.

¿Cuándo fue la última vez que invito a alguien a su casa? Tal vez está un poco nervioso por ello. Después de todo, aunque él no sea humano, puede hablar y pensar como uno.

Finalmente caminan fuera de la estación hacia su coche, y al subir siente su corazón dar un vuelco total. ¿Qué está haciendo? ¿Se ha vuelto completamente loco? Mira por la ventana, afuera se encuentra Hank mirando con extrañeza, mientras una sonrisa picara se asoma por su rostro. Piensa en levantar su dedo del medio en su dirección, luego observa al androide. 

--¿Nos vamos?-- pregunta delicadamente, con un tono de voz tan suave que lo mata. 

--S..si.-- balbucea sin evitarlo.  Su vista al frente y manos al volante, su cabeza hecho un completo desastre. 

Las calles de Detroit a esa hora se encuentran casi vacías, con alguna que otra persona caminando por ahí, paseando a sus perros o caminando con sus parejas y familiares. Richard mira a través de la ventana, saca su mano por esta y la mueve haciendo una ola, sintiendo el viento chocar con la palma de su mano. Se siente bien. Sonríe levemente y una falla en su sistema aparece al instante. 

Gavin da unas cuantas vueltas más hasta llegar a su casa; un viejo edificio de ladrillos, deteriorado por los años. El androide observa la construcción durante un segundo. Gavin lo llama fuera del coche y este reacciona. Hace un ademan para que baje del coche, y al hacerlo, y sin quitar la vista del edificio, entran.

Adentro todo luce descuidado y sucio, como el exterior. No es como esas construcciones en las que la apariencia te engaña. Suben las escaleras hasta el penúltimo piso. Hay comida fuera del apartamento, al pie de la puerta. Richard lo observa y hace una mueca de extrañeza, ¿Un vecino, quizá? Gavin gruñe y toma la comida para arrojarla por el basurero. 

El androide nota un trozo de papel en el suelo y lo levanta, es una nota: ''lamento lo de la otra noche.'' Frunce su ceño, confuso. Gavin arrebata el trozo de papel de sus manos, lo arruga y lo arroja a la basura junto con el resto de comida. Suspira mientras abre la puerta y entra, dejando abierto para que el androide pueda pasar. Pero en cambio se queda afuera analizando todo desde allí. Todo tan oscuro, en penumbra, hasta que Gavin enciende las luces. Dos gatos se pasean por las piernas del humano y él sonríe, y debe decir que es la primera vez que ve una sonrisa sincera en su rostro. 

A Gavin le gusta los gatos. 

[Falla en el sistema ↥↥↥]

--¿Quieres pasar o te vas a quedar mirando como un idiota? --vocifera, y el androide obedece al instante. Cierra la puerta luego de pasar, y admira una vez más su al rededor. No está tan sucio como la última vez que entró. Gavin destapa una cerveza y comienza a beber de ella. --Bienvenido a mi cuchitril.-- dice mientras da otro sorbo a su cerveza. 

--¿Por qué me invito a su casa? --pregunta mientras mira a uno de los gatos, que se frota en su pierna mientras maúlla. Él se agacha para acariciar el lomo del animal con timidez. Una falla en su sistema aparece y sonríe. 

--Le gustas a Canela. --Comenta mientras sonríe, tendrá que acostumbrarse a ese nuevo rostro del detective. Él da otro sorbo a su cerveza, luego camina a su cuarto para cambiarse. El androide se queda admirando su al rededor; los gatos, sus plantas casi muertas y mal cuidadas. Todo podrá estár más limpio que la última vez, pero no quita el hecho de que sea un completo desastre.

Morfina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora