II.

788 94 55
                                    

"...Se siente como si estuviera en un sueño en el cual he estado antes, pero es demasiado real como para que sea sólo un sueño…"








El tiempo era increíblemente efímero.

Ese era un hecho que las personas solían tener muy presente. Sin embargo, no todas se dedicaban a disfrutar cada momento y a sacarle el máximo provecho a las oportunidades que cada día brindaba, pues tarde o temprano, todo terminaba. 

WooYoung nunca se había puesto a pensar en la rapidez con la que corría el tiempo, no obstante, desde la llegada de San eso también había cambiado. Por primera vez en su vida era consciente que las horas se consumían con notable velocidad y los días se desvanecían como si no fuesen nada. 

Cuando estaba solo y metido en su propio mundo era difícil notar aquello. Por alguna razón, mientras más feliz se fuese, más rápido pasaba el tiempo. 

Y vaya que WooYoung había sido feliz. 

Podría jurar ante cualquiera que nunca había alcanzado una plenitud igual en sus diecisiete años de vida como lo había hecho en los últimos meses. Era difícil creer que su vida hubiese cambiado tan drásticamente, pero para bien. Y por primera vez, sentía que estaba muy cerca de alcanzar esa chispa que veía en las demás personas, ese impulso que los llevaba a disfrutar cada momento como si fuese el último. Por fin lograba ver los colores del día a día.

Y todo gracias a San. 

El chico había sido realmente sincero cuando manifestó su deseo de volverse su amigo. A pesar de que al principio WooYoung dudó un poco de sus intenciones, finalmente le permitió acercarse. La vivaz personalidad de San no tardó en despejar sus dudas y pronto se vio relacionándose abiertamente con él. Nunca había tenido amigos tan cercanos ni mucho menos compartía tanto con ellos, por lo que estuvo bastante desorientado en el asunto de construir un vínculo amistoso. 

Para cualquiera podría parecer una estupidez, pero las realidades de las personas eran diferentes unas de otras. Y así lo era la de WooYoung.

Aunque San le inspiraba confianza y no lo hacía sentirse incómodo, no pudo evitar preocuparse una y otra vez de que un movimiento en falso pudiera estropear todo. Medía con cuidado sus acciones al igual que sus palabras, temiendo arruinarlo. 

No obstante, el tiempo había mermado su miedo. Poco a poco pudo tomar confianza con su entorno y consigo mismo como nunca antes lo había hecho. Se sentía seguro, normal como los demás, y por fin podía sentir esa vivacidad juvenil.

Y sus sueños, tan aburridos como su vida diaria, también habían sufrido un cambio drástico. San aparecía en ellos todas las noches, ya sea recordando momentos del día o imaginando situaciones agradables con su persona. Era un poco extraño soñar siempre con él, pero no le desagradaba.

WooYoung se vio obligado a salir de sus pensamientos cuando un pájaro aterrizó en el marco de la ventana. Como acostumbraba a hacer, llevó su dedo hasta el cristal y trazó suavemente la figura del animal que lo observaba mientras movía su cabeza. 

Salió de sus pensamientos cuando percibió unos ligeros toques en su espalda. Le dio una rápida mirada al profesor antes de voltear su cabeza con cierto disimulo hacia el asiento de atrás.

San esbozó una sonrisa antes de mostrarle la manzana que le había quitado a YunHo hacía unos minutos, luego de que este se hubiese quedado dormido con una mano apoyada en su mejilla. 

Esperó el momento en el que el profesor se girara para escribir en la pizarra, y cuando por fin lo hizo, de inmediato llamó la atención de JongHo con un leve chasquido. Le señaló la manzana con su mano libre antes de lanzarla por encima de la cabeza de YunHo.

Inception [SanWoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora