XI.

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"...Me estás dejando atrás…"






Era realmente llamativo que una tarea tan automática como respirar, pudiera volverse tan difícil de ejecutar. 

De un momento a otro la calma que había tenido encima logró esfumarse como la nada misma, reemplazándola por la consternación. Una profunda incredulidad que arrasó con cada centímetro de su cuerpo y lo obligó a fijar la vista en aquella figura.

San se mantenía con una pequeña sonrisa adornando su rostro, aunque de todos modos sus tan característicos hoyuelos hicieron acto de presencia. Su mirada se había paseado por todo el interior del depósito, como si no pudiera creer que en verdad estuviera allí de nuevo, para luego repetir la acción con sus amigos. Repasó cada figura con absoluto detalle hasta llegar a una en específico. 

Al parecer intentó decir algo, pues sus labios se abrieron levemente, pero toda acción de su parte fue interrumpida por un par de exclamaciones. Mucho antes de que pudiese reaccionar, tuvo al grupo de chicos abalanzándose sobre su persona. 

—¡Saaaaan! —vociferó más de uno mientras se le iban encima, dedicándose a abrazarlo o colgarse de su cuello. Incluso YunHo se atrevió a levantarlo del suelo y dar un par de giros veloces, provocando que San gritara mientras los demás reían.

HongJoong sólo sonrió mientras los observaba al igual que YeoSang, pues ellos ya habían tenido su momento de reencuentro hacía un par de minutos, antes de dirigirse hacia el depósito. 

WooYoung continuó completamente inmóvil, aún con la vista fija en aquella dirección. Sus pies no parecían tener intención alguna de abandonar el pedazo de suelo en el que estaba parado, y el resto de su anatomía se negaba rotundamente a ejecutar cualquier tipo de acción. Ni siquiera cuando los demás liberaron al recién llegado y este volvió a posar la vista en él. 

San dio sólo algunos pasos hacia su dirección, algo lentos y hasta dudosos, para luego extender ligeramente sus brazos hacia él. Una invitación silenciosa que lo incitaba a acercarse y abrazarlo como en los viejos tiempos. Formó una leve sonrisa, casi tímida, sin mover su vista de la suya. 

Pero WooYoung no se movió.

Tantos pensamientos arremolinándose dentro de su cabeza no le permitían reaccionar. Su mirada se mantuvo en aquella figura sonriente, tan ajena al revoltijo de emociones que su sola presencia provocaba. Pero él no estaba mirando realmente a la persona, al chico alegre que siempre supo cómo iluminar sus días, sino a lo que representaba.

Tal vez no estaba observando al causante, pero si al detonante de todos sus problemas. Aquellos obstáculos que se vio obligado a atravesar y que tanto le había costado superar. Un vestigio del pasado que amenazaba con arrasar su presente. 

Estaba asustado de todo aquello. Tenía miedo de que un movimiento en falso derrumbara todos sus avances. Sentía temor de que un pequeño momento de debilidad, como ir directo a sus brazos, pudiera destruir todo lo que había logrado consigo mismo. No quería volver a ser quien era antes, no deseaba cambiar la persona que era ahora. 

Por lo tanto, debido a todas las dudas revoloteando en su interior, WooYoung no se movió de su lugar. 

San terminó por bajar sus brazos mientras la sonrisa desaparecía de su rostro, reemplazándola por un semblante apagado e incluso un tanto preocupado. Su mirada viajó hasta sus amigos, como si buscara en ellos una respuesta a lo que estaba sucediendo pues no lograba entenderlo. La misma respuesta que les había pedido una y otra vez desde que WooYoung se había distanciado, pero de la que sólo obtuvo vagas excusas. Pareció tener la esperanza de que ahora sí le respondieran, sin embargo, esta vez tampoco pudieron hacerlo. 

Inception [SanWoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora