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                                    "El amor nace, vive y muere en los que ojos”




—Siento que si tú y yo… — el pelinegro suspiró, esperando que el joven de mejillas regordetas dijera algo.

No puedo, Yoongi, lo siento. — el castaño se mordía el labio. — Y-yo… yo sigo enamorado de Hoseok. — el nombre fue un balde de agua fría para el pálido.

—¿Qué demonios estás diciendo? — Yoongi no daba crédito a las palabras que salían de los labios del menor. — Tú no puedes estar enamorado de tu hermano, Jimin.

—Él no es mi hermano biológico, Yoongi, así que no hay ningún problema en esto…

Yoongi bufó. — Aún así, Jimin. Hoseok y tú han sido criados como hermanos y eso es algo que él jamás va a dejar de lado. Además, ¿cómo crees que lo tomaría tu madre, Jiminnie?

Los ojos del menor se llenaron de lágrimas, se mordió el labio inferior y soltó el aire que estaba conteniendo en sus pulmones. — Hablaré con Hoseok, sé que él me ama...

Él te ama, eso es verdad, pero te ama como su hermano. — Jimin iba a hablar, pero Yoongi no lo dejo continuar. — Creo que es mejor dejar este tema aquí, tengo que ir a la clínica. Despídeme de tu madre.

Dicho esto, Yoongi salió de la casa y se subió a su automóvil. Jimin solo pudo observar como el pálido se perdía en la calle.


***


La fogata se consumía poco a poco, los presentes reían mientras veían a una chica de gastronomía comer un gusano. — ¡Listo! — la delgada joven abrió la boca y mostró que el insecto se había ido.

Todos aplaudieron y la felicitaron. — Muy bien, mi turno. — la joven miró a todos sentados alrededor de la fogata y su mirada se concentró en el rubio. — Jimin, verdad o reto.

El rubio sonrió, estaba demasiado ebrio como para pensar en las consecuencias que eso tendría al día siguiente. — Reto.

La castaña sonrió con malicia, mirando a todo su alrededor y una carcajada escapó de sus labios cuando miró al pálido fumar su cigarrillo. — Te reto a cinco minutos con Yoongi en el clóset.

Los gritos y chiflidos hicieron acto de presencia, Hoseok carcajeaba y aplaudía. — Bien hecho, Sulhee. — levantó el pulgar para mostrar lo contento que estaba con el reto de la joven.

De acuerdo, lo haré. — Jimin se levantó y le tendió la mano a Yoongi, que no se había movido ni un centímetro de su lugar desde que Sulhee había dado el castigo, sin embargo, tomó la mano.

Iré a cerciorarme que entren ahí, les cerraré la puerta y luego iremos a abrirles. — Sulhee se tambaleó y corrió hacia la cabaña de Jimin, abriendo la puerta. La pareja la siguió y con cuidado entraron al clóset. — Diviértanse.

Sulhee cerró la puerta y corrió hacia la fogata.

Las piernas de Jimin estaban encima de las de Yoongi, se podían mirar a los ojos y sus respiraciones chocaban la una con la otra. — ¿Y ahora qué? — Jimin sonrió, divertido, esperando alejar esas ganas de besar al pálido.

—Es tu castigo, así que tú decides que se hace aquí, Jiminnie. — por alguna extraña razón, el aliento a cerveza y cigarrillo le erizo la piel. El pelinegro se acercó al oído del menor. — Si fuera mi castigo estaría besándote… — los susurros que Yoongi dejaban en la piel de Jimin solo lograban aumentar esas ganas de besarlo. —, pero no me aprovecharía de ti si no estás en tus cinco sentidos, creo que eso ya lo sabes.

Besoterapia *HopeV*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora