ᴏɴᴇ-ꜱʜᴏᴛꜱ [ʙɴʜᴀ x ʀᴇᴀᴅᴇʀ]

ᴍɪᴅᴏʀɪʏᴀ ɪᴢᴜᴋᴜ (ɪɪɪ)

ᴘᴇᴅɪᴅᴏ ᴘᴏʀ: felixfabuloso1123

–ʀᴏꜱᴀ ᴀᴢᴜʟ–

Era un día lluvioso. Las gotas provenientes del nubarrón golpeaban con fuerza el escaparate y la puerta de la tienda.

Me encontraba regando, fertilizando y organizado las plantas de la floristería. Hace poco empecé a trabajar aquí con el propósito de conseguir dinero para pagar mis estudios.

Siendo sincera, este trabajo me gusta. En mis turnos casi siempre estoy sola al cuidado de las plantas, y no mucha gente visita esta humilde tienda.

La paz que me transmitían las flores sumado al sonido de las gotas de lluvia estampándose contra el suelo provocaba en mí una sensación de tranquilidad indescriptible. Pero, algo interrumpió mis pensamientos.

La cara del peli verde vino a mi mente.

Este pequeño y adorable chico de orbes verdes estuvo por primera vez en la tienda apenas un mes. Se presentó junto a un rubio de ojos azules, el cual desprendía un aura de tristeza, al igual que él. Querían encargar unas flores para un funeral.

No me gusta preguntar el por qué o para qué quieren un ramo específico de flores por este tipo de situaciones, mas, al parecer, ellos no tuvieron ningún problema en contarme lo sucedido para que preparase un ramo apto para la situación. Nighteye había muerto.

Lo primero que hice fue darles mi pésame. Hice el ramo de la mejor manera pude y puse todo mi corazón en él para que estuvieran satisfechos, y sobre todo, para que Nighteye en donde quiera que esté, descanse en paz.

Desde ese día, el pecoso chico empezó a visitarme dos o tres veces por semana. Congeniamos muy bien; mientras yo seguía al cuidado de las flores, él me contaba cómo había ido su día en la prestigiosa academia de héroes que asistía. Me gusta mucho escucharle, y se lo hice saber. Después de todo, es la única manera que tengo de ponerme en esa situación, ya que soy quirkless.

La campanita que anuncia la llegada de un cliente a la tienda interrumpió mis pensamientos.

–¡Hola (T/N)! ¿Que tal estás? –

Era el peli verde. Venía algo mojado por la fuerte lluvia que caía y con un paraguas completamente empapado. Llevaba el uniforme de la UA, así que deducí que acababa de salir de clases.

–¡Buenas Izuku! Siéntate por favor. –insistí. –¡Estoy muy bien! Las nuevas rosas han terminado de florecer, y no puedo estar más contenta de ello. –dije satisfecha de mi misma.

–¡Eso es genial! ¿Puedo verlas? –sus ojos brillaron como perlas, y sus mejillas se tornaron a un leve color carmesí.

Le mostré las nuevas rosas azules había acabado de cultivar. Éste se quedó embobado observándolas.

–¡Tienen muy buena pinta! Además tienen un tono azul hermoso. –sonrió. –De algún modo... Me recuerdan a tí. –

Sus palabras hicieron que me asombrara, notando un inesperado calor que subió por todo mi cuerpo hasta llegar a mis mejillas.

–¿P-por qué? –cuestioné con nerviosismo.

–¡A-ah! O-olvídalo, hablé demasiado... –titubeó sobando su nuca acompañado de una sonrisa nerviosa mientras su cara me superaba en color rojo. –¿...Q-qué significa la rosa azul en el lenguaje de flores? –

Él sabía que dominaba esta simbología. Me parece muy bonita la forma de expresar sentimientos o hechos dependiendo de la tipología y proveniencia de la flor, así que no tardé en memorizar sus significados.

–La rosa azul... Es una muestra de apoyo, buena vibra y deseos de éxito. – sonreí mientras posaba mi mirada en las flores. –Es curioso que hayas dicho que te recuerdan a mi... Porque de hecho, quería regalarte una. –me aparté un momento de su lado y regresé con una rosa azul en una maceta aparte, adornada por mí. –Quería darte las gracias por haberte molestado en pasarte por aquí de vez en cuando solo para darme compañía. La verdad es que... T-te aprecio mucho, Izuku... Y con este regalo quiero desearte todo el apoyo para que cumplas tu mayor deseo: ser el próximo héroe número uno. –sentía el corazón a mil por hora. Mi cara ardía a más no poder.

El chico volvió a sonrojarse. Podía notar su nerviosismo desde aquí. Parecía que quería decir algo, pero al estar hecho un manojo de nervios, era incapaz, hasta que se armó de valor y me dió un gran abrazo.

–S-soy yo el que t-t-te tendría q-que dar las gracias... (T/N)... T-te quiero... –esta última frase la dijo en un tono muy bajo, pero por suerte conseguí escucharla.

Me parecía tan tierno. Yo también le quería.

Respondí su abrazo, aprovechando para acurrucarme en su pecho mientras el sonido de la lluvia predominaba en el ambiente. No pude evitar esbozar una sonrisa de felicidad. Le quiero...

****

Un fuerte dolor en mi abdomen se hizo presente. ¿Qué es... Esta sensación?

Duele, duele muchísimo.

Todavía ensimismada, conseguí llevar mi mano hacia la parte dolorida mientras que bajaba la mirada hacia el mismo sitio. Estaba perdiendo mucha sangre debido a una apuñalada.

Conseguí mirar al frente, diferenciando una silueta de un chico con unas quemaduras moradas en su cara. Esa fue la última imagen que conseguí ver antes de caer al suelo.

La gente a mi alrededor se aterrorizó. Mis oídos comenzaban a perder audición, pero apesar de ello, podía escuchar los gritos agonizantes de la gente al verme, además de cómo pedían ayuda a los héroes y ambulancias.

He perdido la cuenta de cuánto tiempo llevo aquí. Los minutos parecen horas, y el charco de sangre iba aumentando poco a poco.

Supongo que este es mi fin... Que vueltas da la vida ¿verdad?

Nunca voy a conseguir mis propósitos ni invertir el dinero que tanto me ha costado ganar trabajando para estudiar lo que realmente me gusta. Todo ha sido en vano.

Las lágrimas no tardaron en aparecer, a la vez que el frío aumentaba más y más. Estaba lista para cerrar mis ojos para siempre.

–¡¡(T/N)!! ¡¡(T/N)!! –

Esa voz... ¿Izuku?

Entre abrí los ojos como pude, con mis últimas fuerzas.

–¡(T/N) POR FAVOR! ¡¡(T/N)!! –su voz estaba rota y destrozada. Las lágrimas salían de sus ojos como si se tratase de la fuerte corriente de un río.

–I-izuku... ¿Sabes... qué otro significado tienen las rosas azules? –conseguí pronunciar, a lo que el entre sollozos prestó atención a lo que quería decir.

–También significan... Amor imposible... –

Ya no podía gesticular ni una palabra más. Me era imposible.

Pero aún así, ver a Izuku me hace feliz. Sonreí levemente y aproximé la palma de mi mano hacia sus mejillas, intentando limpiar sus lágrimas. No me gusta verlo triste.

–¡TE AMO! ¡TE AMO (T/N)! ¡NO TE VAYAS POR FAVOR! –

Y así, con una sonrisa, mis ojos perdieron su brillo y visión, dejando este mundo para siempre. Gracias por todo, futuro héroe número uno.

Fin.