Capítulo 22

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Divisó una figura pequeña acurrucándose en una esquina de la habitación, no sabía quién era. Pero lo que sí podía asegurar es que aquella pequeña criatura se encontraba profundamente triste.

A veces esa niña aparecía en sus sueños. Porque sí, era una pequeña niña que permanecía llorando en la esquina de una sombría habitación. Y siempre al intentar consolarla, ese sueño llegaba a su fin.

¿Por qué esa niña... estaba tan triste?

¿Por qué se sentía tan culpable al verla llorar?

Sus ojos se abrieron a su máxima capacidad al sentir un frío estremecedor en todo su cuerpo que le quitó el sueño en un instante. Sintió su frente y espalda húmeda dándole a entender que había estado sudando de más por el sueño que nuevamente había experimentado.

No era de extrañar que la menor tuviera pesadillas recurrentes de las cuales en su mayoría se desarrollaban en su casa, de esas ya eran incluso normales para la joven; pero había uno en especial que siempre le quitaba la calma y se trataba de la presencia de una pequeña niña que en cada ocasión se mostraba llorando en soledad frente a ella.

Y decía soledad porque la niña no parecía notar su presencia, ya que por mucho que lo intentara, jamás podía llegar a ella para consolarla o preguntarle que le había ocurrido para llorar de una forma tan dolorosa; porque con tal sólo verla derramar esas lágrimas mientras prácticamente contenía los gritos en sus llantos, Yui sentía un gran peso en el pecho que la desesperaba, porque a veces llegaba a pensar que la pequeña niña lloraba a causa suya.

No había razones para llegar a esa conclusión; pero es lo que presentía.

Lo peor de todo era que nunca pudo averiguar hasta el momento de quien podría tratarse, porque en parte no tenía casi recuerdo alguno de su infancia. De las pocas cosas que recordaba era más que nada de puros momentos amargos con sus padres, pero gran parte de su vida se encontraba nublada e inconclusa.

Se sentó en la cama algo desorientada, buscando vagamente con la mirada la ubicación de su teléfono móvil hasta que finalmente lo encontró al recordar que lo había puesto en la mesita de noche que se encontraba a un lado de su cama.

Al encenderlo, pudo notar que recién eran las 3AM de la madrugada y aquello la tranquilizó un poco ya que supuso que tendría un poco más de tiempo para descansar, ya que debían volver a la Academia y para eso ya tenían que estar listos para partir a las 6AM.

Luego de fijarse en la hora, automáticamente su atención se fijó en la aplicación de mensajería que solía utilizar y en ello buscó un contacto específico; Todoroki Shoto.

Al verlo, no encontró algún mensaje como había querido y en realidad el muchacho ni siquiera había respondido a su mensaje anterior. Se tentó a querer mandarle algún mensaje pretendiendo averiguar si el muchacho seguía despierto para esas horas, no obstante, solo dejó escapar un frustrado suspiro a la par que apagaba la pantalla de su celular y lo volvía a poner con fuerza en su lugar.

—Es mejor que me duerma —susurró para si misma, pensando que lo mejor no sería molestar al bicolor; además de que el chico debía enviarle algún mensaje a ella para corresponder a los suyos.

Y a pesar de que su intención de a primeras había sido quedarse dormida, eso a final de cuentas no había sido posible. Sin quererlo su mente se mantuvo activa pensando en cosas que quizás eran innecesarias en el momento.

Lo cierto era que no había podido cerrar sus ojos en toda la noche y que para cuando la hora de partida había llegado; ella simplemente no tuvo más opción que levantarse para iniciar otro día.

Absolute. [TodorokiXOc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora