VIII

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El sol estaba amenazando con salir y Yongsun ya estaba en su puesto de trabajo, aunque este se encuentra cerrado, estaba ahí meramente porque le gusta saber más y ese es el mejor lugar de estudio para ella. Jisoo entró al lugar atravezando la puerta como si fuera aire y es que al ya haber salido del cuerpo de Rosé no se encontraba físicamente en la tierra de nuevo.

Yongsun dejó de leer al percatarse de su presencia, por lo que condujo su vista hacia ella, la pelinegra solo tomó asiento y no soltó ni una sola palabra.

Después de un rato conversaron de como había logrado salir de aquel cuerpo. La rubia estaba intrigada, pues su abuela le había dado distinta información y soluciones respecto al tema.

— Ya salió el sol. — Jisoo se levantó de su asiento al haber dicho eso — Es hora de hacerlo. — cruzó nuevamente la puerta.

— Vamos. — dijo para ella misma pues ya estaba sola, la mayor tomó sus cosas y siguió el camino.

Llegaron a un árbol grande pero el cual se veía iluminado por los pequeños destellos de luz dados por el sol.

Yongsun pegó todo tipo de talismanes y empezó a hablar cosas que Jisoo no lograba entender.

— ¡AHH! — la menor soltó un grito de dolor. — ¡PARA! — se quejó nuevamente. Puso sus manos sobre su rodillas para descansar.

— No estás lista para ascender. — le dió unas palmadas en la espalda.

— Pero ya lo decidí, lo haré. — dijo tomando mejor postura y acercándose a ella.

— Te podrás engañar a ti, pero no a ellos. — señaló hacía arriba. — No estás lista y una parte de ti tampoco quiere hacerlo. Si sigo con esto va a ser bastante difícil y además dolerá. — no le había tocado ascender muchas almas, pero ninguna se lo había puesto difícil con la que está frente a ella. — Sé que he sido yo la que ha sido insistente, eres tú la que realmente se encarga de todo el trabajo. — dio medio vuelta y se fue dejandola confundida.

Se encontraba cabizbaja, quería decir mucho pero la palabras no salían de su boca.

Rosé se encontraba cruzando la entrada de su campus universitario, para ella el tiempo parecía no haber pasado pues nunca se percató que un fantasma la había poseído

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Rosé se encontraba cruzando la entrada de su campus universitario, para ella el tiempo parecía no haber pasado pues nunca se percató que un fantasma la había poseído. Aun se sentía mal y creía que la gente la miraba y juzgaba. A decir verdad nunca se consideró una persona con un gran autoestima aunque su madre le repitiera una y otra vez lo especial y hermosa que es, por lo que lo poco que había logrado construir de amor propio se vio derrumbado.

No le gustaba sentirse así, pero tampoco quería demostrar que se sentía vulnerable, por eso se escondía, porque aunque hoy en día sí tiene amigos, no quiere que la vean en ese estado.

— Ya llegó la chica fitness. < dijo taehyung encontrándose a rosé en el camino.

— ¿fitness? — rió ante el comentario de su amigo.

𝕮𝖗𝖎𝖘𝖆𝖓𝖙𝖊𝖒𝖔𝖘 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora