Hoy te veo triste, siento como tu agonía consume las delicadas sonrisas, mi piel se eriza solo al ver tus ojos, te escondes, no puedo oírte, te abrazare tan fuerte que tus labios serán preciosos a la luz del sol. No escondas tus manos, pues ellas serán la guía de mi llegada a ti. Besos desde aquí, donde todo es vida y muerte a la vez.