Como cada noche me paraba allí, justo allí. La dirección exacta hacia la estación mas sercana de la realidad. Tumbaba mis manos en tus pasares, inclinaba mi vista hacia tus vertientes, quedaba allí mas cansada que de costumbre, reflejando tus poros en los mios, despojando el semblante de tu orgasmo,mirando con plenitud tus destellos, tu horizonte,guardando junto a ti la locura. Eso era locura, existia locura en tu pasaje, en tus paradas, en tu principio y final. Y allí me quedaba, hasta que la misma noche se volvía nuevamente una hermosa luna, en el mismo lugar y a la misma hora, en aquella estación! La misma estación de cada noche!