Era una noche oscura, el viento soplaba muy fuerte en aquella ventana vieja, los sonidos ya no eran ruidos, sino vacíos de espacio que nadie llenaba. Mire hacia atrás, puse las temblorosas manos en aquellos húmedos ojos, que ya cansados con la larga espera, se abrían poco a poco bajo la luz artificial. El cuerpo temblaba de frío, miedo y desesperación, hacia falta hasta el aire. La noche seguía quieta, no sentía el pasar del tiempo, aquel reloj se había parado justo en la media noche, la espera fue la fe a aquella tantas ilusiones guardadas.
Teníamos tanto, y ahora?
Desde el otro lado del cuarto siento diferente, el tiempo fue la clave a aquella separación dolorosa, las lágrimas desconocidas se volvieron aquella ruptura que sin querer, fue el dolor que hoy invade mi alma. Los muebles me enseñan tu llegada, aquellas viejas calles eran la dirección a lo que sigue siendo nuestro, tus recuerdos aún palpitan en mi corazón, hasta tu olor aún está en la almohada, y en mi mente? Sigues siendo tu.
Ven, toma mi mano, salgamos juntas nuevamente a desordenar la vida nuestra, dejemos que el reloj sea nuestro correr del tiempo, sigamos soñando la vida que creamos cuando sólo éramos tu y yo, encadenemonos nuevamente en nuestras almas, sin prisas, hay tiempo, vida y lo más importante aún existe amor entre tu y yo.