Hoy te veo desbordada bajo la techumbre brisa, pisando sueños deslumbrantes, navegando de prisa por las ansias infinitas de lograr algo más, que sólo un grito de esperanza. Hoy te veo, y pues aun no conozco nada de ti, pero siento que ya eres parte de mi, como aquella dulce hoja vieja que ha caído después de la lluvia. No conozco tus llantos, pero si te he oído reír, te mire solo una vez y pues con aquella única instancia, se que eres estrella fugaz, en medio del desierto entero. Cruzar miradas, te hace ver la vida entera, te hace dejar el tiempo perdido. Y es ahí cuando comprendes que todo ha valido la pena, que tu respirar es vida, y que tu vida es parte de la mía.