Mil veces llore, mil veces caí, muchas me arriesgue y sigo aquí, nada con que defenderme, voces insólitas traspasando el espejo, lágrimas invisibles de nubes desesperadas. Hoy volví a caer, dejando desdichado a aquel día soleado. Las nubes se acercan cada día que pasa, y sigo aquí esperando la calma, la felicidad llegar. Algún día podre disfrutar realmente ese atardecer hermoso?
Aunque tarde una vida entera, esperare aquí sobre rocas sucias la sutil noche de verano.