Hablemos

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TUL

Al día siguiente, como cada mañana, ahí se encontraba Max, frente a mi casa, montado en su motocicleta, con su chaqueta negra de cuero sobre el uniforme. Sin decir nada, me coloqué el casco y me subí al vehículo.

-¿Todo bien?- preguntó frunciendo el ceño

-¡Umm!- asentí, sujetándome de la cintura de Max, segundos después nos pusimos en marcha hacia la universidad

Pronto sentía como el aire fresco de la mañana acariciando mi rostro tranquilizaba a mi mente, el aroma de Max y recostar mi cabeza sobre su espalda eran lo único que mi corazón necesitaba en ese momento.

"¿Cómo se lo explico a Max?", Pensaba una y otra vez...

Poco a poco sentía una lágrima rodar por mi mejilla

-Llegamos- dijo Max, sacándome de mis pensamientos y sin despegarme de él -¿Paso algo?- preguntó

-Si...- respondí con desanimo, aún sin separarme de él

-¿Y bien?- preguntó, movió sus hombros indicándome que debíamos bajarnos

-¿Podemos hablar a la salida?- pregunté, haciendo caso omiso a su señal

-Creo que es algo serio- dijo finalizando con un suspiro

Asentí aún recargado sobre su espalda

-Tul...- dijo -¿Podemos bajar?- preguntó

Poco a poco me fui separando de él y bajamos de la motocicleta. Pronto nos encontramos de frente el uno al otro, tomó mi mano y la llevo a su mejilla, tomándola con ambas manos. Me acerqué a él, colocando mi mano sobre su cabeza y uniendo nuestras frentes

-Hablamos a la salida, ¿Si?- pregunté

-Tengo un poco de miedo- respondió

-Yo también- respondí cerrando los ojos.

Enseguida me giré liberándome de su agarre y comencé a caminar hacia mi facultad, sintiendo como mis lágrimas iban cayendo una a una sobre mi mejilla, dejando atrás a Max.

"¿Qué debo hacer?, ¿Porqué el amor no puede ser suficiente?"

El tiempo transcurría entre una clase y otra. Por primera vez no entendía lo que decían los profesores, mi mente estaba completamente en blanco, no dejaba de pensar en todo lo ocurrido con mis padres la noche anterior. ¿Qué debo hacer?...

Sentado frente a la cancha de fútbol, no dejaba de pensar en el deber con mis padres y mi amor por Max...

-Hermano, ¿Tan pensativo?- escuché decir a alguien

Alcé la vista para encontrarme con Fair. Quizás mi cara no anunciaba nada bueno.

-¿Pasa algo?- preguntó y enseguida tomó asiento al lado mío

-¿Puedo confiar en ti?- pregunté -Bueno, realmente eres uno de mis únicos amigos y necesito hablar con alguien- dije bajando la mirada.

-Claro hermano, te escucho, aunque es raro- respondió y enseguida volteé a verlo con duda

-¿Raro?- pregunté

-¡Si!- afirmó -Es decir... Siempre estás con Max y ahora te veo aquí, sólo, con esa expresión en la cara... Creo saber a dónde va tu plática- contestó

-¡Ummm!- sonreí

-Eso lo dice todo- contestó Fair -¿Tuviste una pelea con Max?- preguntó

-No realmente- respondí liberando un suspiro al viento -Mi Madre... Mi Madre se enteró y, por cuestiones de negocios familiares quieren unirme a la hija de una importante familia que es clave para los negocios de mi padre- confesé -Eso significa que...-

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