Nuestra Historia

Sueño/Pesadilla

TUL

Como un deja-vu, abrí lentamente los ojos y, en medio de la oscuridad de aquella habitación, me hallaba entre los brazos de Max. No sabía la hora, ni cuánto tiempo había pasado desde que llegué a casa de Max, lo único que sabía era que no quería que el tiempo pasara, quería quedarme justo así, entre sus brazos para siempre. Cerré los ojos y suspiré de felicidad desde el fondo de mi corazón.

"Te extrañé tanto Maxi"

Minutos después, caí dormido de nuevo entre sus brazos. Estaba exhausto, sentía como si hubiese corrido sin parar durante casi 5 horas. El aroma de la piel de Max embriagaba mis fosas nasales, me hacía sentir seguro, escuchar su respiración calmada al compás de la mía. Sin duda era un arrullo a mi sueño.

...

A la mañana siguiente, un aroma delicioso y el crujir de mi estómago me despertaron. Al no hallarme entre los brazos de Max, giré sobre la cama sin hallar a mi novio, poco a poco me fuí sentando sobre la cama. "Ouch" gemí un poco al sentir el dolor en mi espalda y cadera. Poco a poco llegué al borde de la cama para sentarme hasta sentir la presencia de alguien bajo el umbral de aquella puerta que separaba a la habitación de una pequeña cocineta.

-Buen día, cariño- le escuche decir a Max

Giré a verlo y ahí estaba él. Quizás era por la luz del día que se colaba entre las cortinas de aquella puerta de cristal que daba hacia el balcón de la habitación de Max, pero juro que aquella sonrisa brillaba tanto y de manera tan especial, que mi corazón brincaba tanto de felicidad aquella mañana.

-¿Te sientes bien?- pregunto, acercándose hasta estar de pie frente a mí

-Si, estoy bien- respondí, se agachó completamente hasta colocarse a mi altura, con su mano acarició mi rostro y me besó

-Pronto estará el desayuno- dijo viéndome a los ojos -No sé cocinar, así que pedí algo del restaurant, por eso huele bien- dijo riendo

-Está bien- dije, mientras acariciaba su largo cabello oscuro y este sonreía para mí. "¿Es un sueño?, Si lo es... Por favor que nadie me despierte".

-Vamos, levántate- dijo, poniéndose de pie y tirando de mis brazos.

-¡Mmm!- gemí un poco dolorido al levantarme

-¿Seguro estás bien?- volvió a preguntar

-¡Cállate!- dije un poco sonrojado por recordar lo del día anterior

-Ven, vamos a tomar un baño- dijo, mientras tiraba suavemente de mi mano, guiandome hacia el baño

-Me bañaré sólo- respondí, queriendo negarme a su tentadora oferta... Sabía que terminaríamos en la misma situación de ayer

-Tranquilo cariño, no quiero dejarte peor- dijo sonriendo de manera traviesa

-Tonto- le respondí un poco tímido

Entramos a aquel pequeño baño, comenzó a caer el agua tibia sobre mi piel, haciéndome sentir mas relajado, olvidando un poco el dolor en mi cuerpo. Max tallaba mi espalda delicadamente y frotaba de jabón mi piel. Lo conozco muy bien, se que se contuvo lo suficiente y en estos momentos se lo agradezco.

Al terminar de bañarnos, nos secamos el uno al otro y, colocándonos únicamente nuestra ropa interior, nos sentamos a la mesa pequeña frente a la puerta de cristal corrediza del balcón, para desayunar.
El no dejaba de consentirme, de mirarme, de llevar comida a mi boca. Me hacía sentir un poco tímido, pero me hacía feliz ver sus atenciones conmigo.

-¿Te gusta?- preguntó sonriendo

-¿Que?- pregunté confundido

-Olvídalo- dijo sonriendo y pellizcando suavemente mi mejilla -Te ves tan lindo y tan sexy- dijo, haciéndome ruborizar