Nuestro adiós

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TUL

Hoy se cumple una semana desde que estamos juntos de nuevo, una semana en la que he vuelto a ser feliz junto a la persona que amo, aún sabiendo que el final quizás quede cerca...

-Papá no quiere jugar el día de hoy- dijo Maxi un poco triste mientras se encontraba sentado en mis piernas

-Papá está un poco cansado el día de hoy- respondí al pequeño mientras desde el sofá veíamos a Max dormir

-Su temperatura ha subido un poco- dijo la enfermera, su rostro me indicaba que estaba un poco preocupada

-Maxi, ve con el abuelo un momento...- el pequeño asintió y salió un poco triste de la habitación. Me puse de pie y me acerqué a la enfermera -¿Pasa algo malo?- pregunté preocupado

-El cuerpo del señor Max es muy débil... La fiebre quizás indique que algun virus o bacteria ingresó a su sistema y, en su estado, una simple gripe podría convertirse en una fuerte pulmonía que su cuerpo no resistiría- explicó la enfermera -Llamaré al doctor- enseguida salió de la habitación

-Max... Tienes que ser fuerte por favor- acaricié su cabello y me acerqué a besar su frente -Te amo cariño- susurré, de pronto noté una leve sonrisa en su rostro dormido

-Cariño...- pronunció a penas abriendo sus ojos -M... Me llamaste Cariño...- su voz se oía cansada pero aún así sonrió -T... Te amo... Cariño- su mirada se veía muy cansada, a penas podia permanecer con sus ojos abiertos

-Descansa... Cariño- sonreí. El me devolvió el gesto y cerró sus ojos, sosteniendo mi mano

-N... No te v...vayas, Por favor- pronunció con dificultad, sostuve su mano con ambas manos mientras sentía un movimiento extraño

-¿Max?...- pregunté preocupado -Por qué tu mano está...- el cuerpo de Max comenzaba a temblar levemente, de inmediato llamé a la enfermera y en un segundo ella llegó

-Salga de la habitación, por favor señor-

-No... No lo dejaré solo- me negué de inmediato

-Por favor- pedía amablemente la otra enfermera mientras entraba a la habitación

-Yo no me alejaré de él...-

-Vamos Tul... Deja que hagan su trabajo- dijo mi padre llevándome a la salida de la habitación y cerrando la puerta -Pronto vendrá el doctor, no te alteres-

Tomé asiento en la sala, mis nervios y el latido desenfrenado de mi corazón no me dejaban tranquilo. Cerca de 15 minutos después una enfermera salió

-¿Como está?- pregunté de inmediato, colocándome de pie

-No sabría decirle, pero hacemos lo mejor que podemos señor- respondió. Justo llamaron a la puerta y ella misma abrió -Doctor, adelante- a penas entró y se dirigió a la habitación de Max.

El ajetreo entre las enfermeras me ponía cada vez mas nervioso, de pronto los padres de Max entraron al departamento

-Tully, ¿qué haces aquí?- preguntó la madre de Max mientras yo caminaba de un lado a otro con desesperación -¿Tully?-

Salió el doctor, después de casi 30 minutos dentro

-¿Como está?- pregunté de inmediato, acercándome a él, la madre de Max lo veía sorprendida

-Al parecer es un resfrío de nuevo, su cuerpo es muy débil ahora y la fiebre es indicio de que el virus avanza muy rápido ésta vez, recién se había recuperado de otro cuadro similar, así que hay que procurar que el virus no avance- respondió el doctor

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