Volver a comenzar

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TUL

-Papá...- escuché la voz de mi hijo desde la puerta de mi habitación -¿Puedo dormír contigo?- preguntó, enseguida le palmee sobre la cama y el corrió de inmediato hacia mí, metiéndose entre las sábanas.

Han pasado dos meses desde que Max ya no está. Ha sido difícil...

...

(2 meses atrás)

-¡Tully!...- entró desesperada la madre de Max a la habitación mientras yo me aferraba al cuerpo de mi amado

-Se ha ido madre... Max...- el llanto y el dolor no me permitieron terminar la frase cuando ella dió un fuerte grito de dolor rompiendo en llanto, corrió hacia mí para abrazar a Max -Se ha ido... Max se ha ido- repetí lleno de dolor, la madre de Max besaba con desesperación a su hijo mientras yo no podía hacer otra cosa que llorar.

Lo mas doloroso fue dejarlo ir, como un loco me aferraba a él mientras intentaban convencerme de entregar su cuerpo. Después de casi una hora de persuadirme cedí a despedirme al fin de él, entregando su cuerpo al servicio forense.
Dolía, en serio dolía...

Al día siguiente el funeral se llevó a cabo, mi hijo Maxi fué un buen niño quien lloró a su padre pero en todo momento se mantuvo a mi lado, cuidando de mí como había prometido a su padre. De alguna manera Max cumplió su promesa de hacerme felíz siempre, ahora tenía conmigo algo de él, éste pequeño niño quien me llamaba papá.

Como era costumbre en la familia de Max, el cuerpo de Max fué incinerado y al 3er día, al volver a la ciudad, sus cenizas fueron depositadas en el nicho familiar, junto a su madre y su padre.

(Fin del recuerdo)

...

Ahora somos una familia de dos...

-Te amo papá Tul- dijo mi hijo abrazándome fuerte, le sonreí y lo abracé a mi pecho

-Y yo a tí Maxi- besé sobre su cabello cerrando mis ojos, y al abrirlos visualice a mi amado, en su lugar de la cama, sonriendo como aquellas noches en las que pasamos juntos en familia.

Desde que volvimos a casa Maxi viene a mi habitación cada noche. Únicamente nos tenemos el uno al otro.

...

El pequeño Maxi crece y el parecido a Max es impresionante cada día, su mirada, su sonrisa, su cabello... y su desastre.

-Max, levanta tus libros- ordené al volver del trabajo y ver el desorden en la sala

-Enseguida papá- Maxi bajaba las escaleras mientras me acercaba a la sala a ordenar un poco, me giré a verle levantar sus libros, crecía tan pronto, 16 años ahora y su tamaño es increible, es casi tan alto como yo, se giró a verme, con esa mirada, tan similar a la de su padre -¿Pasa algo papá?- preguntó confundido

-Tu abuelo pregunta mucho por tí-

-Ah... Yo...- comenzó a explicar nervioso

-El hecho de que tengas novia no quiere decir que olvides tus citas con los abuelos-

-Oh~ho... Papá- y ahí estaba su sonrisa... Sin duda Max se aseguró de no dejarme solo, Maxi me recuerda que Max siempre estará conmigo -Terminé con ella-

-¿De nuevo?- pregunté sorprendido mientras ambos ordenabamos la sala. Maxi se había convertido en un rompe corazones como a su edad seguramente lo fué su padre.

Terminando de organizar, nuestra rutina de casa era la cena, y desde que Max ya no está, el comedor no se volvió a usar, en su lugar usábamos la mesita de la sala frente a la TV, mientras jugabamos videojuegos o simplemente veíamos algo de entretenimiento.

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