¡Abrázame Malfoy!

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El sábado por la mañana Hermione se levantó muy temprano y por alguna razón que desconocía por primera vez en mucho tiempo se sentía con mucha energía. Se levantó se dio un baño y se puso su ropa más cómoda y salió de la habitación con la mentalidad de ir a la biblioteca a leer un poco pues falta casi dos horas para que se sirviera el desayuno.

Hermione llegó a la biblioteca que como se imaginó, el lugar estaba sola o eso parecía, a través de las ventanas del lugar podía ver que el sol apenas estaba saliendo, después de saludar a la bibliotecaria, busco una mesa en el lugar más apartado dentro de la biblioteca y para su sorpresa ahí estaba Draco quien solo levantó su mirada un segundo y después regresó a su lectora. La castaña lo observó un momento y se dio cuenta que estaba haciendo una tarea.

— ¿Esa tarea no es la que debíamos entregar ayer? —le preguntó ella acercándose tímidamente.

—Snape me ha pedido que la repita y se la entregue hoy —dijo el sin despegar sus ojos de las páginas del libro.

— ¿Y porque debes repetirla? —siguió intentando mantener la conversación.

—Básicamente dijo que mi trabajo era tan bueno como uno redactado por Longbotton ayudado por un troll —le explicó mientras agregaba información a su pergamino.

Hermione pasó por el alto el comentario sobre Neville y se sentó frente a él, el rubio dejó de escribir y por primera vez prestó atención a la castaña.

—Déjame adivinar, ahora vas a preguntar porque hice mal una tarea —dijo el Slytherin cuando se dio cuenta de la intención de ella por hablar —te explicó, no podía concentrarme y tengo un par de noches sin dormir bien, además ayer Blaise y Theo estaban diciendo estupideces sobre nosotros, simplemente no puedo pensar bien, ¿se te ofrece algo más? —le cuestionó el con evidente molestia.

—Sí, saber porque la pasas mal y que dicen tus amigos —dijo ella aun sabiendo que la pregunta del rubio era retórica.

—No puedo dormir porque no dejo de pensar en la situación, intento recordar como terminamos aquí, sumando a eso he tenido náuseas en los último días, estuve leyendo un poco y hay casos en el que los padres empiezan a sentir los síntomas del embarazo —Draco suspiro haciendo una pausa muy dramática —no sé qué más pruebas necesitas para saber que te daremos un hijo.

— ¿Puedo ayudarte con eso? —preguntó la castaña.

—Creí que me querías lejos de ti, que no me soportas, que nos odiamos —dijo el rubio arqueado una ceja.

—Ya sé que dije eso, pero no me molesta ayudarte con...

—No necesito la ayuda de alguien que no me quiere cerca, yo tengo que ayudarte porque tú eres la que está embarazada de mi hijo, pero tú no tienes nada porque ayudarme —dijo de forma despectiva Draco y regresó su mirada al libro que leía.

Hermione no le dio ningún argumento más y tampoco se fue, había cierta curiosidad en el rubio por saber qué hacía ella y ver qué cara tenía después de haberlo escuchado usar sus palabras en su contra, pero su orgullo no le permitió levantar la mirada. Casi un minuto después un sollozo apenas audible llamó su atención, sus ojos viajaron hasta la castaña que tenía al frente y se la encontró con los ojos rojos, lágrimas rodaban por sus mejillas sin parar mientras ella trataba de no emitir ningún sonido.

— ¿Y ahora que te sucede? —le cuestionó Draco sin entender nada.

—No me sucede nada, déjame —respondió Hermione con la voz entrecortada.

— ¿Cómo puedes decir que no te pasa nada si estas hecha un mar de lágrimas? —Draco se rascó la cabeza nervioso, en otras circunstancias y con otra chica habría salido corriendo de ahí sin importarle nada.

— ¿Como quieras que esté después de lo feo que me has hablado? —preguntó con algo desesperación.

— ¿Que te he hablado feo? Solo use las mismas palabras que tú me has dicho —nuevamente acomodo su rubio cabello con frustración —además te he dicho peores cosas desde los 11 años y jamás habías llorado.

—Si pero antes era diferente —la Gryffindor no paraba de llorar.

—Pues no entiendo que es diferente pero tú dime ¿qué quieres que haga? —Draco se encontraban desarmado jamás pensó estar en una situación que no pudiera controlar.

—No tendría por qué decirte que hacer —incluso Hermione no sabía porque estaba actuando de esa forma, Draco tenía razón ellos se había dicho cosas peores y a ella no le importaba pero ahora se sentía herida.

—Vale —Draco se rascó la cabeza nuevamente mientras pensaba un momento —pongámoslo así, yo soy un reverendo asno cuando se trata de comprender los sentimientos de los demás, no sé nada de mujeres que no involucre llevarlas a la cama y si en mi intento me rechazan solo me voy no tengo que saber cómo se sienten con lo que sucede, además a ti no te conozco en realidad, no sé qué te gusta ni cómo hacerte sentir bien, solo sé como hacerte rabiar, así que te pido que solo por esta vez me digas que debo hacer para que dejes de llorar —Draco terminó de hablar confiado en que lo que él estaba diciendo nadie jamás lo sabría.

—Es solo que yo estaba muy feliz y tú me hablaste feo y yo solo quería... quería, MMM, yo quería un abrazo —dijo al fin.

Draco puso los codos sobre la mesa y se cubrió la cara con ambas manos, el no daba abrazos, así que en su mente existía un debate, ¿debería darle un abrazo a aquella que tanto tiempo había despreciado? ¿O tal vez debía negarse y arriesgarse a que siguiera llorando y eso afectara al bebé?

El Slytherin se puso de pie, caminó rodeando la mesa, se sentó por un lado de la castaña, suspiro profundo y la abrazó; un abrazo que hacía parecer que a Draco le daba miedo que le fuesen a ensuciar la ropa, su rostro inexpresivo le hubiera causado escalofríos a cualquiera que lo viera, "es por el bien del bebé, es solo por unos segundos", se decía mentalmente, Hermione enterró su cabeza en el pecho del rubio y dejó de llorar tan rápido como había empezado a hacerlo.

—Gracias —dijo ella en voz muy baja, aquel era el abrazo más frío que ella había recibido pero aun así se lo agradecía, pues por alguna razón en ese momento se sentía sumamente frágil.

¡¿EMBARAZO?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora