¡¿EMBARAZO?!

¡No te soporto Malfoy!

El siguiente lunes por la mañana antes de salir del gran comedor Draco tomó una manzana como ya era costumbre, se dirigía a su primera clase del día cuando miró a Hermione y decidió aprovechar que estaba sola para acercarse a ella y entregarle la fruta.

—Que bien que estas aquí —dijo ella antes de que el terminara de llegar a ella —tenemos que hablar ahora —ella lo tomó de la mano y casi lo arrastró hasta un aula vacía que estaba muy cerca.

— ¿Pasa algo con el bebé? —preguntó Draco sin poder ocultar su preocupación.

—No, no sucede nada con el bebé que aún no confirmamos que existe —dijo ella con evidente molestia -quiero que me dejes tranquila, no te quiero cerca fingiendo que te preocupas por mí.

— ¿Te pasa algo? ¿Porque ese repentino cambio? —el rostro confundido de Draco se veía más pálido que de costumbre.

—No me pasa nada y no es un cambio repentino, no te soporto, nunca lo he hecho —la castaña levantó la voz ligeramente.

—Pues no es como que yo sea tu fan número uno, pero estamos metidos en esto juntos, tú me convertiste de eso y ahora hago lo que me corresponde —le explicó pacientemente.

— ¡Uy deberían darte un premio! —El sarcasmo no era lo suyo pero esta vez le había salido muy bien —finges que te preocupas por mi porque es lo que te corresponde, mil gracias —a Hermione le temblaba ligeramente el labio superior.

—No te entiendo ¡carajo! ¿Qué demonios quieres? —le gritó perdiendo la poca paciencia que había podido reunir.

—Malfoy, lo diré despacio para que lo entiendas... no, te, quiero, cerca, de, mi... no, te, soporto, yo, te, odio —las castaña hacia una pausa entre cada palabra — ¿lo comprendes ahora?

—Tampoco te quiero cerca, yo no planee tener un hijo contigo, es más, aún no logro comprender como pasó, si, tampoco te soporto, siempre quieres tener la razón en todo, eres una maldita sabelotodo insufrible, te crees superior a los demás por ser más inteligente, siempre discutes con algunos profesores, eras perfeccionista, te sientes superior a otras chicas por no ser como ellas que se la viven preocupadas por su imagen, crees que debes estar ahí ayudando a todo mundo y recibiendo los aplausos de los demás, arruinas siempre la diversión de los demás solo porque piensas que lo hacen no es correcto, sin mencionar tu origen —Draco hablaba mientras cuidaba no subir el tono de sus palabras para que nadie los escuchara —¿Y qué crees? Mientras ese bebé siga en tu vientre yo seguiré cuidando de ti porque es la única forma que tengo de cuidar de él, una vez que nazca no vuelvo a preocuparme en absoluto por lo que te pueda pasar a ti, no importara si has comido algo, si dormiste o si has estado vomitando ¿lo entiendes tú? —le cuestionó finalmente Draco.

—Tu eres el que no entiende que no te quiero cerca, no te...

—Toma tu manzana, quiero que la comas toda —dijo el rubio poniendo la fruta en la mano de la castaña —y más tarde me aseguré de que comas bien, y en la cena espero que te comas esa tostada de cada noche, y cuando vea que no has dormido yo me las ingeniaré para ayudarte a dormir y mañana de nuevo te daré una manzana antes de la primera clase, y no hay nada que puedas hacer para evitarlo, porque si, seguiré haciendo lo que me corresponde.

Draco salió del aula dejando a Hermione con una combinación de furia y agradecimiento, era verdad le molestaba que el fuese bueno con ella sabiendo que ninguno de los dos se habían llevado bien jamás, pero también agradecía a Merlín que al menos hubiera una persona con la que podía hablar de ese secreto que pensaba que le costaría el futuro dentro del colegio.

Cuando una semana más terminaba y Draco había cumplido con lo que le había dicho a Hermione y ella en cada momento lo había mandado por un tubo, si las circunstancias fuesen otras el rubio ya le hubiera lanzado un par de maleficios por su actitud, "está embarazada, ella tiene a tu hijo en su vientre no la puedes dañar" se repetía mentalmente el rubio cada vez que creía estar perdiendo la paciencia.