Alex:
—¿Qué fue lo que hablaste con Cecilia?
—En el próximo turno lo vas a saber —le digo con una sonrisa arrogante.
Mi sonrisa se ensancha más cuando recuerdo a Cecilia alejándose de mí con sus orejas echando humo y la cara colorada. Es bastante sencillo fastidiarla y hacer que se sonroje.
Se está haciendo la difícil conmigo. Más divertido todavía. Me estoy cansando de que con solo una mirada hiciera que las chicas se pongan de rodillas y me la mamen. Necesito un verdadero reto, y ella, lo es.
El delgaducho y aburrido profesor de Historia se gira y recorre con la vista toda el aula. De seguro escuchó nuestros murmullos. Cuando nos enfoca a nosotros le dedicamos unas caras angelicales y el encogiéndose de hombros continúa deslizando la tiza en la pizarra.
Que clase más aburrida.
Minutos después el profesor camina por el aula entre las mesas alineadas explicando algo que no le parece interesante a nadie. Con aburrimiento miro a mis alrededores y cuando me fijo en unas enormes tetas que casi revientan los botones del uniforme, me fijo que la dueña de estas no le quita la vista de encima a Javier.El profesor sigue hablando y cuando nos da la espalda le susurro a Javier:
—Camila te mira como si te quisiera violar en frente de toda el aula —al momento él con un poco de disimulo gira la cabeza y su vista se encuentra con ella.
Ella le guiña un ojo y sin ningún tipo de vergüenza desabrocha un botón de su blusa, mostrando más de sus generosas tetas.
Debo decir que se sienten súper bien tenerlas en las manos, yo ya las tuve.
—Le debiste de haber dado la mejor noche de su vida para que siempre este sobre ti como una garrapata —le digo mirando aun a Camila que empieza a jugar con un mechón de su pelo negro con las puntas rojas.
Ella no va a tener suerte con Javier. Obviamente él es hombre y le encantan las curvas pero le atraen mucho las mujeres con carácter como Mónica. Al pensar en Mónica me fijo en ella y no me sorprendo mucho al verla asesinando a Camila con la mirada.
—De saber que se comportaría así jamás me hubiera acostado con ella.
—Y si las miradas mataran ya estaría ella hace rato en el cementerio —le digo sonriendo. Ya Mónica está cediendo.
—¿Por qué?
—Mira para allá —le indico y el sigue mi mirada hasta donde Mónica mata con la mirada a Camila que no ha quitado sus ojos de Javier.
El profesor interrumpe nuestra observación apareciendo de pronto a un costado de nuestra mesa.
—Alex, si quieres habla más alto, para que todos nos podamos enterar del chisme —dice y observa nuestras libretas abiertas, la mía un poco más vacía que la de Javier—. Y ni siquiera han copiado lo que acabo de decir. Háganme el favor de no hablar más —dice con tono autoritario.
Me contengo de hacer alguno de mis chistecitos. Ya estoy bastante grande como para que llamen a mi mamá por contestarle a un profesor. A parte, no vale la pena gastar mis chistes en él, necesito reservar los mejores para cierta personita.
Javier continúa el resto de la clase observando como un completo idiota a Mónica y ella de vez en cuando le devolvía las miradas. Mientras ellos solamente eran conscientes de su conexión, yo miraba a Cecilia, la cual intercalaba su mirada entre ellos y yo.
Sus ojos chocan con los míos. El verde de sus ojos es precioso y más aún cuando la molesto, que parece que el color brille aún más. Le lanzo un beso y ella aprieta los labios para después concentrase en su libreta, pero sin anotar nada. Sonrío con chulería.
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No caeré en tu labia
Novela JuvenilCada vez que me acostaba en mi cama, con una pierna encima de la otra y me ponía a leer un libro, fantaseaba con que alguna vez me pasara algo similar a los romances de los protagonistas. Sonreía cuando me imaginaba enamorándome del típico chico mal...