|Capítulo 18|

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Isabella

—Entonces la loca de Alicia se fue detrás del fénix, ¿cierto? — musita Max —. ¿Un fénix? ¿Estás segura, Bella?

—¿Piensas que estoy mintiendo?

Niega de inmediato.

—¡Nunca me agradó Alicia! — dice Daniela, sin disimular su molestia.

Desde ese día no salí de la cabaña, me he mantenido encerrada con Mikey. Daniela quiso venir para asegurarse que no me había sucedido nada grave y Max, se ofreció de voluntario para acompañarla. Hemos estado conversando afuera de la cabaña debido a que Max no puede entrar.

—¿Ya no has tenido visitas inesperadas de lobos? — cuestiona Daniela.

—No — suspiro —. Perdí otra vez el libro.

Ambos me acompañan con otro suspiro. De pronto, Daniela me sujeta de la muñeca y me jala para avanzar a algún lugar.

—¿A dónde vamos? — pregunto cuando nos alejamos de la cabaña. Miro atrás y veo a Mikey corriendo para alcanzarnos.

—A recuperar tu libro — responde seria, sin dejar de sujetar mi brazo.

Mikey nos alcanza, camina junto a mí, sin despegarse demasiado.

—Pero…

—Sé dónde la puedo encontrar y con quién — me interrumpe —. ¡Voy a matar al idiota de Dani y a Alicia!

Abro los ojos sorprendida de sus palabras. Si bien, supongo no debe hablar en serio, solo está molesta. ¿Así se sentirá tener un hermano? Un extraño sentimiento de amor y odio.

—¡Habrá sangre! ¡Maravilloso! — exclama Max.

A mi mente llega una pregunta curiosa que no dudo en decirla:

—¿Pueden beber la sangre de otro vampiro?

—Sigue siendo sangre, Bella — responde.

Me quedo en silencio siguiendo a Daniela. Mikey consiguió un nuevo amigo con Max, durante el trayecto han estado jugando con una rama que el vampiro lanza y Mikey corre a toda velocidad a encontrarla y entregársela al vampiro.

Llegamos hasta el río. Daniela, Max y Mikey avanzan por la orilla del precipicio. ¿Cómo es posible que no teman caer? Pueden dar un paso en falso o puede haber un derrumbe y si eso sucede, no viven para contarlo… o quizás sí. Me mantengo alejada de la orilla siguiéndolos, tal parece que ellos saben a dónde se dirigen.

Los tres se detienen de inmediato. Miro al frente y ahí está Alicia.

—¡Qué tal, Max! — saluda sonriendo. Luego se fija en mi amiga y su rostro se vuelve serio—. Daniela…

La nombrada da un paso al frente, empieza a mirar alrededor, buscando algo.

—¿Dónde está Daniel? — interroga, mirando con su entrecejo fruncido a Alicia.

Alicia se encoge de hombros.

—No nos hemos visto en días, no me responde los mensajes ni llamadas — espeta—. Me ha ignorado.

—Menos mal se ha dado cuenta la clase de persona que eres — vocifera.

—Ahora falta que también se de cuenta de la clase de persona que eres tú —increpa.

—¿Disculpa? — dice, sintiendo ofendida —. Cómo te atreves a…

Daniela no pudo terminar de hablar debido a que algo captó nuestra atención. Busco de dónde proviene aquel ruido, Mikey me ayuda a encontrarlo, corre y se aproxima a un árbol, empieza a saltar, ladrar y menar su cola.

Isabella: La llegada a DédferDonde viven las historias. Descúbrelo ahora