9

131 13 2
                                    

En el colegio, Luke era el más inteligente de todos pero el que menos conseguía ligar, al parecer no era muy atractivo para ellas.

–De verdad, ¿por qué no he tenido una novia en mi vida?...

–Porque entre el físico y la inteligencia elegimos el físico hermanito, ¡ya te dije que te apuntaras a un gimnasio! –exclamó.

–Ya Leia, pero es que eso del gimnasio no es lo mío, es más, tampoco me gusta.

–Pues luego no te quejes –Enfadada, se fue de allí dejando a su hermano a solas.

–Chicas –resopló el rubio, que no tardó en entrar a clase con sus amigos del colegio. No le caían muy bien, pero tenía un buen amigo fiel entre todos los demás, Lando Calrissian, su amigo desde los tres años. A él podía contarle todo lo que quisiera, no le importaba estar horas hablando de un tema– ¡Lando!

–¡Luke! –exclamó en respuesta al rubio–. Cuéntame, ¿qué tal todo?

–Sinceramente muy bien, ha venido ya el nuevo ayudante a casa y parece ser responsable.

–¿Sirviente o servienta?, ¿eh pillín? –preguntó dándole un leve codazo.

–Sirviente sirviente, chico.

–Oh, vaya, qué pena, ¡podrías haber ligado!

–Ya, pero a mí los chicos no me van...

–Me refiero a si hubiese sido chica.

–Ah, pues... sí, tienes razón, ¡podría haberme echado novia! ¡Jajajajaja!

En ese instante sonó el timbre, y sin despedirse fueron a clase. Las asignaturas eran aburridas, pero su amigo siempre conseguía sacarle una sonrisa para que no se durmiera en mitad de las explicaciones de los maestros.

–Y... –sonó el timbre–. ¡A casa!

Todos salieron rápidamente sin apuntar los deberes del día siguiente, les daba igual, la hora de salida era la hora de salida.

–Si mañana vienen sin los deberes hechos los mato –comentó para sus adentros la maestra de la última clase.

Fuera, Luke se iba a ir con Lando a casa como siempre hasta que alguien le tocó el hombro. Ambos se dieron la vuelta.

–Ho-Ho-Hola, amo Luke, tiene que venir conmigo, sus padres me han enviado para que no se escabulle de la clase de piano. ¿Está bien?...

No, no estaba bien, estaba en el cielo. Su cabello castaño esponjoso, su rostro tan marcado y esa cicatriz en la barbilla que le diferenciaba del resto fue lo que dejó al rubio en coma.
    Al verle en las nubes, Lando empezó a chasquear los dedos delante de sus ojos.

–Eh Luke, despierta.

No hubo manera hasta el último chasquido, que le dejó sordo al mismo tiempo.

–¿Va a ir a las clases o no? –preguntó el castaño.

–Oh, eh... Sí sí, voy a ir.

–Me alegro, vamos entonces.

Ambos amigos se despidieron y Luke fue detrás del castaño, que iba a paso acelerado y no parecía muy feliz. Sin querer estar incómodo, decidió hablarle mientras iba a su paso.

–¿Y cómo te llamas?

El silencio inundó el lugar.

–Oh, eh... Perdón, no quería

–Ya hemos llegado –interrumpió.

–Vaya, pues... genial, gra

–Nada.

Sin decir nada más se fue de allí. Se esfumó. Luke no iba a perder la oportunidad de saber qué le pasaba por una estúpida clase de piano en la que le iban a echar la bronca por no haber estudiado en toda la semana.

•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•

Y aquí un capítulo más de esta historia SkySolo, ¡espero que os esté gustando y abrazos a todos!
ʕっ•ᴥ•ʔっ ♥

‹‹SkySolo›› Te amo, pero no se lo digas a nadieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora