Oh la vida, la vida alegría y tristeza está llena de sorpresas.
Ya sabrán existen tanto sorpresas grandes como sorpresas pequeñas.
De las pequeñas vivimos y de las grandes somos testigos realmente muy pocos de nosotros.
La existencia es una prueba de ello si saben a lo que me refiero.
¿Qué por qué?
Mm, la verdad no tengo ni idea de por dónde empezar a explicarlo, a fin de cuentas solo soy un viejo hombre con medio paso en la tumba ji ji ji.
Oh, pero 'eso... eso' estaría bien, sí 'eso' ayudaría.
¿Al final a que no son los ejemplos los auténticos pilares de la experiencia eh?
Para empezar me presentaré, he aquí mi majestuoso nombre de un pasado distante, mi nombre era... ¿Ah, cuál era?
Rayos, vaya vergüenza... Ha pasado tanto tiempo que sin querer lo olvidé.
DE VERAS LO SIENTO EN EL ALMA. ('Se inclina en correspondencia y se rompe la columna vertebral figurativamente').
Bueno no han de preocuparse, no se sulfuren, no es para tanto, al final los nombres no son la gran cosa si lo piensan mejor.
Podéis nombrarme como os plazca.
Pero claro la atribución tiene que rebozar carácter sino se las verán conmigo capichi... Conmigo verbalmente al menos. (Levanta una ceja y sonríe, 'le falta un diente').
Y ya que estamos en esas... Sin más... Ni menos... Me autodenominaré Alexander.
Alexander como el grande, Alexander tal cual magno... Aunque por supuesto no tiro para ese bando, eso me resulta impensable... Eso sin la intención de ofender a 'los' y 'las' entre los presentes.
Ja, toma lenguaje inclusivo.
Oh, recórcholis, creo que me desvíe de la idea original me disculpo nuevamente.
¡¡¡Aaaaaaaayyyy!!! mi espalda.
La historia, sí eso... ¡¡¡Su historia!!!
Que comience.
*Un diario desconocido*
Que añoranza los viejos tiempos.
Eran tan buenos que curiosamente lo primero que me viene a la mente fue ese momento... El momento en que todo cambió... El día que lo conocido pasó a ser efímero... Efímero como la felicidad misma... Tan corto como la brisa de la mañana... Tan lejano como el horizonte de un atardecer carmesí... Rojo como la llama de la vela... De la vela palpitante que fue una vez mi vida.
Para ese entonces todo era ordinario... Ordinario dentro de los parámetros humanos sirva aclarar.
Tendría yo unos catorce - quince años de edad y siendo honestos me iba color de rosas.
Bueno, poseía una familia hermosa e íntegra, con sus problemas en efecto, pero unida y sobre todo... Sobre todo feliz... Muy feliz.
Había un hermano pequeño y llorón al que proteger, un par de padres amorosos y responsables, un hogar del ensueño y ese espacio propio, especial, al que pertenecer sin cargos.
¿Pero era aquello demasiado perfecto para ser permitido por Dios?
De vez en cuando lo pienso y sin son de ser termino con algunas conjeturas estrafalarias, totalmente carentes del fundamento científico experimental que tanto admiraba.
Y es que hay veces en las que grandes sorpresas, sucesos inexplicables terminarán siendo las últimas cosas que tendrás la oportunidad de presenciar en la vida... Cosas de las cuales, sin lugar a dudas, nos arrepentiremos hasta en el cielo bíblico mismo, literalmente.
En fin... No alargaré más esta verborrea insustancial, vayamos directamente al momento y lugar donde todo se puso patas arriba.
Allí donde todo se torció de una forma completa y absurdamente irremediable.
Dedicado a Osvaldo Mella, un gran compañero escritor.

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Tales of a Demon King [Libro 1 " Ryo's Adventure "]
FantasyEn esta historia seguiremos a Nakaze Ryo en su cruzada por regresar a casa, a su mundo añorado y junto a su querido hermano Nakaze Ao. Exploraremos las bastas tierras de Destroya y seremos testigos desde sus costumbres hasta los secretos más oscuros...