Capítulo Octavo " Gerda ".

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Nos dirigimos hacía la Casa Principal, el sitio donde se cocían todos los asuntos de la nobleza y también vivienda de la que se esperaba fuese mi futura esposa.

"Ahora que no hay nadie alrededor podré irme fácilmente...".

Sin embargo a motivo desconocido deseaba observar a la chica de nombre Gerda.

El ¿quién? y ¿cómo? resultaban demasiado tentadores.

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El hogar del Señor Aren era enorme, había jardín, una mansión, muchos sirvientes y esclavos, guardias bien armados, esculturas y todo lo que cabría esperar de un personaje no muy lejano a un Rey.

- Querido has vuelto... ¿Sucedió algo malo?

Una mujer contemporánea al Señor de la Aldea (Cuarenta- cincuenta años de edad respectivamente) muy hermosa y de aspecto frágil preguntó nerviosa.

- Hoy estamos de fiesta... Nuestras hijas han vuelto sanas y salvas querida.

Afirmó y detrás de su persona un par de tiernas niñas salieron caminando de la mano hasta llegar al regazo de aquella mujer ahora conocida como su madre y esposa del Señor Aren.

Contaron lo sucedido y en poco tiempo se acabaron las presentaciones.

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No mucho después ambos anfitriones, muy cordialmente me llevaron al interior de su hogar.

Comí algo sabroso después de mucho tiempo de privaciones.

Y al final del día ya medio muerto por falta de sueño llegó la hora.

El momento en que conocería a la Señorita Gerda.

"Estoy un poco nervioso".

Sentí el palpitar de mi corazón.

Una habitación bien decorada se mostró ante mi vista.

###Silvido###

"Este lugar no está mal".

Sopesé hasta que mis ojos se toparon con una figura delgada en un vestido blanco, esbelta, de cabellos rojos y ojos azules como el cielo mismo.

"Uh... Hermosa".

Quedé embobado.

- Jaja... ¿Muchacho te comió la lengua el gato o qué?

Me estrujó el Señor Aren con tal de sacarme de aquel estado de conmoción.

"Puede tal belleza ser hija de este sujeto calvo y feo... ¿Imposible verdad?".

Observé las similitudes y diferencias entre los dos.

- Padre ya te dije que nunca me casaré... Quiero ser guerrera como Helmi y como vos.

Interrumpió la observada y yo  simplemente fui ignorado.

"Ugh... Mi corazón se ha roto".

Bromeé y luego seguí el sentido de la conversación.

- Gerda como te atreves a desafiar mi autoridad... Si digo que debes casarte lo harás por las buenas o por las malas.

Gritó el Señor Aren.

- ¡¡¡No!!!

Negó rotundamente.

- Joven guerrero yo...

Me miró el hombre con cara de 'no se que hacer'.

- ...

Y la verdad yo tampoco era muy bueno con estas situaciones.

Tales of a Demon King  [Libro 1 " Ryo's Adventure "]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora