Tales of a Demon King [Libro 1 " Ryo's Adventure "]

Capítulo Noveno " Camino a Algron ".

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De las cosas del destino se sabe poco.

Y una vez más un hombre de barba blanca mira al horizonte firmemente, ahora sin embargo desde el extremo de una gran llanura verde.

- No se ha encontrado nada al norte, ni al sur, ni al este, ni al oeste... Quizás mi enemigo jurado yace ahora más lejos de lo que pude haber imaginado... O quizás su excentricidad le hace jugar con mi mente quien sabe... Quizás su confianza en si mismo es tan grande como para pisotear la punta de mis pies... Y quizás solo quizás ve tocar mis narices como algo divertido... ¡¡¡Pero ya no más!!!... Llévenselo dioses porque la luz no es tonta ni pasiva... Llévenselo dioses porque disiparemos la maldad vaya donde vaya... Llévenselo porque su trágico destino está escrito en piedra... En piedra manchada con la sangre de valientes caídos... De los profetas más sabios, de aquellos inocentes que en pos de la paz vislumbraron la interminable oscuridad que profesa.

Respira hondo y abandona la reflexión.

Entrecierra los ojos.

Se da la vuelta y ordena autoritariamente a grito.

- ¡¡¡A la capital mis valientes siervos de la luz!!!

###Booom Booom Booom###

Suenan los tambores de un ejército interminable, extendido más allá de la vista, casi tocando los cielos rojizos del atardecer.

*Perspectiva de Nakaze Ryo*

Había pasado alrededor de un mes desde nuestra partida.

Gerda y yo llegamos a un pequeño asentamiento humano ubicado en las ' Tierras Bajas '.

El lugar era denominado comúnmente como ' El Paso del Sol ' y se encontraba a medio camino de mi destino final.

O al menos eso ponía aquel extraño mapa.

Como dato curioso, los residentes del ' Continente Astral ' dividían su geografía en tres grandes zonas territoriales, según el relieve.

"Tierras Altas al norte, Tierras Bajas al sur y Tierras Medias al centro".

Era completamente desconcertante para mí, todo parecía tan diferente a mi hogar.

Por otra parte lo que pactamos Gerda y yo antes de la boda volvía a mi mente para frustrarme.

- Ya... hora.

Afirmé.

- Sí... Lo es.

Y ella me contestó.

- Ir... Por caminos separados.

Dije.

- Vale... Vale... Aquí están las monedas que os prometí... Con eso y el título de noble que recibisteis al formar parte de mi Clan te convierte en un hombre de clase alta... Ja ja ja y todo gracias a mi astucia.

Farfulló.

"Esta mujer despreciable... Mira que convencerme de montar semejante farsa".

Sopesé haciendo un gesto de negación-decepción.

Estiré mi mano, tomé las monedas y miré a aquella arpía a los ojos iracundo.

- ...

Tembló un poco y luego acto reflejo se marchó como alma que lleva al diablo entre la muchedumbre del lugar.

Lo último que supe de esa mujer fue que se prometió con un bandido de poca monta y que luego murió huyendo como una criminal, pero bueno eso ya es una historia diferente.