Serenity permanecía sentada sobre su baúl de hierro viendo cómo desaparecía la orilla. Rei y el resto de los habitantes de la hacienda ya sólo eran unos puntos diminutos en la distancia.
Los edificios consiguió verlos durante algún tiempo más, y tuvo la sensación de estar viendo el gablete del edificio principal mucho tiempo después de que fuera realmente posible. Conservaba en parte la esperanza de que los barcos de Zafiro aparecieran en el momento en el que abandonaran la bahía, pero el mar permanecía obstinadamente vacío.
¿Se enfadaría Zafiro cuando descubriera su ausencia? ¿Se arriesgaría a un nuevo enfrentamiento con los vikingos? ¿O lo que les había dicho sobre el sistema de aviso de las almenaras era una promesa vacía?Cuando el barco abandonó la ensenada, comenzó a moverse bruscamente.
El agua salada salpicaba los laterales del barco, humedeciéndole el rostro y elpelo. Serenity apretó las manos con fuerza, intentando no moverse del baúl.
Algún día, se prometió, volvería a ver a Rie, se contarían historias e intercambiarían confidencias. Y se enteraría entonces de detalles como si Luna había tenido gatitos. De pequeñas cosas que hasta entonces no parecían haber tenido ninguna importancia y sin embargo, echaría terriblemente de menos. Y sabía que le deparara lo que le deparara el futuro, llevaría la imagen de su casa en su corazón para siempre. Aquella imagen le recordaría que había cumplido con su deber y había conseguido salvar la propiedad. Que en su casa continuaban viviendo libres y felices.
¿Sería eso lo que había sentido su madre cuando los vikingos la habían convertido en su rehén? Su madre era entonces una princesa, la joya de Ranrike.
Sin embargo, su hija se marchaba siendo prácticamente una esclava.
Alzó la mirada hacia el lugar desde el que Endymion lanzaba órdenes mientras el barco se deslizaba sobre las olas y los remos comenzaban a moverse al unísono. Distante y autoritario. El amo y señor de todo cuanto miraba. Pero Serenity sabía muy poco sobre él y sobre su manera de tratar a sus hombres. ¿Qué clase de jefe era? Desde luego, parecía un hombre capaz de estar en todas partes al mismo tiempo, de resolver tanto problemas relacionados con la distribución de la carga como de asegurarse de que cada remero ocupara su puesto.
Y odiaba darse cuenta de que a pesar de todo, su cuerpo recordaba la pasión compartida y había respondido a ella cuando Endymion la había besado en la orilla. Dudaba que pudiera llegar a ser su amiga, que pudieran mantener una amistad como la de Kenji y su madre. Recordaba las risas que compartían antes de morir y cómo Kenji se había convertido en un hombre reservado y amargado tras su desaparición.
¿Y qué había sido su madre para el rey vikingo?, le preguntó una voz traicionera. ¿En qué tormenta de pasión habría sido concebida? ¿Y qué haría el rey Apolo cuando descubriera que su amante le había engañado y había mantenido a su hija viva? ¿La perdonaría o exigiría su muerte?Endymion había dicho que estaba bajo su protección, ¿pero llegaba hasta ese punto su capacidad de protegerla? Serenity se abrazó las rodillas y deseó haberlo planificado todo con más cuidado antes de haberse metido en la cama de Endymion.
¿Qué pasaría si se hubiera quedado embarazada? Dudaba que ni siquiera entonces Endymion la respetara. Probablemente era de los que creía que las mujeres tenían una función que cumplir y eso era todo.
Acarició con aire ausente las runas grabadas en su baúl, nombrando cada una de ellas tal y como su madre le había enseñado. El corazón le latió con fuerza en el pecho. No quería pensar siquiera en la posibilidad de tener un hijo con Endymion. Quizás sus brazos anhelaran el peso de un recién nacido, pero no quería que nadie pudiera arrebatarle a ese hijo. Y los hijos pertenecían al padre.
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UNA PRINCESA INDOMABLE
AventureLa batalla que se libraba era para conseguir su corazón. El peligroso guerrero Endymion Shields era un hombre de acción, más que de palabras. Sin apenas tiempo para pensar en amores ideales, se apropiaba siempre de cuanto quería, y la princesa Sere...