𝙎𝗁𝗂𝗋𝖻𝖾𝗋𝗍 𝙊𝗇𝖾-𝙎𝗁𝗈𝗍𝗌'.°•☆~

Me enamoré de una metahumana.

*Flashback* 

14 años atrás.

Un sonido me despierta. Viene de abajo. Parpadeo un par de veces para aclarar mi visión. Chequeo que mi hermana esté bien. Todo a mi alrededor comienza a levitar mágicamente. Pensé qué estaba soñando o algo por el estilo, así que me dirigí a las escaleras con Anne.

—¡Henry! ¡Henry!—escuchábamos los gritos de nuestra madre.

Ambos nos acercábamos más a los insaciables gritos. En ese momento, presenciamos una escena que jamás nadie pudiera imaginar; una mancha. Una mancha de colores rojizos y amarillentos rodeaban a nuestra madre, ahogada por los llantos de auxilio. 

Me acerqué a ella tratando de salvarla, pero mi hermana me detuvo de hacer algo que me significara la muerte. En ella comenzaron a aparecer desenfrenadas lágrimas que recorrían sus pecosas mejillas. Yo, rindiéndome, también hice lo mismo. Ambos nos paralizamos sin saber que hacer. En ese momento, mi papá aparece.

—¡Corran, Anne y Barry, corran!— dice él. Y como si la mancha lo hubiera escuchado, nos llevó al medio de la calle.

—¿Mamá? ¿Papá?— preguntó gritando mi hermana. 

En su acto de desesperación, salió corriendo en dirección a lo que llamaba hogar.

*Fin flashback*

❁༄༄༄❁

Presente.

—¡Barry, apúrate! ¡Llegaremos tarde!— grita mi hermana.

Ambos corremos hacia nuestro nuevo caso. En el camino nos chocamos a un par de personas, pero nada que nos detenga.

—¡Lo sentimos!

❁༄༄༄❁

—El segundo robo esta semana.

—El cajero identificó a Clyde Mardon como el tirador.— dice Joe, uno de los mejores policías en el CCPD.

—¿Qué? Vaya, los hermanos Mardon volvieron.— dice su compañero frustrado.

—¿Qué sucedió?— pregunta el Capitán Singh.

—Asaltaron el Banco, tiraron las cámaras, y al escapar, asesinaron al guardia de seguridad.

—¿Y los forenses?— pregunta, haciendo que Joe refunfuñe. 

—Todavía no llegaron, pero están en camino.

—¿Dónde diablos están los Allen's cuando los necesito?— dice cuando, por fin, ambos llegan.

—Lamentamos el retraso, Capitán Singh.— dicen al unísono.

—¿Y ahora qué fue? ¿Olvidaron poner la alarma?— antes de que alguno hablara, continuó.— Antes de decir algo, la última excusa fue el auto. ¿Quieren saber por qué esa fue memorable?— pregunta y ambos asienten con la cabeza gacha. 

—No tenemos un auto.— contestan al mismo tiempo

—Ellos me estaban haciendo un favor.— interrumpe Joe. —Chicos, ¿me trajeron lo qué les pedí?— miro a ambos con una mirada de "síganme la corriente, les estoy salvando el trabajo". 

Los dos comenzaron a buscar cosas en sus bolsillos. Como Anne no encontraba nada, Barry le entregó su barra de chocolate matutina. Ambos volvieron a respirar, colocaron sus guantes y comenzaron a hacer su trabajo.

Se pusieron en cuclillas para tener una mejor visión de la escena del crimen. Tal vez para una persona promedio eso serían solo ruedas marcadas por popó de algún animal, pero para ellos era mucho más que solo eso.