Especial San Valentín.

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San Valentín. El día de los enamorados. Ese día en que los amantes salen a pasear a algún lugar romántico, pasan tiempo juntos, lleno de cursilería, etcétera. 

Para otros, era el día más insoportable de todos, viendo como las personas no dejan de encariñarse con otras para que tiempo después les rompan el corazón. 

O para otros, simplemente no les importaba. Era una excusa para darse el gusto de hacer lo que quieran por un día. 

Así pensaba Gilbert. Para él San Valentín era un día como cualquier otro. 

Pero lo pasaría como una persona "normal" de no ser de la realeza.

Él era el mismísimo Príncipe de Inglaterra, y como tradición, familias enteras llegaban a su hogar para emparejar a sus hijos o hijas con personas que cumplan con su mismo estándar social.

Hoy era ese día. Sus padres lo habían preparado por un largo tiempo para este momento.

Si hubiera sido por él, habría establecido este día como feriado en todo el país y que cada persona sea libre de hacer lo que quiera. 

Pero bueno, todavía no era el rey. 

Su padre John era un monarca excelente. Su reinado tuvo pocos o casi ningún error. 

Aunque lo único que cambiaría él son las costumbres o pensamientos del pueblo. 

La mayoría sigue en pensando que las mujeres solo deben casarse y nada más. 

O que no deberían estudiar. Eso no era lo que él pensaba. 

Apoyaba al movimiento de mujeres que querían salir a defender sus derechos. Quería darles la voz. Pero sabe que ellas no necesitan de su ayuda. Ellas son capaces de hacer lo que quieran y más.

Lamentablemente estos cambios no se hacen de un día para el otro. Son pensamientos de una generación entera, y de mente cerrada. 

Complicado, pero no imposible. 

Gilbert.

Los sirvientes estaban desde hace horas arreglando el castillo para esta noche. Y eso que apenas son las diez de la mañana. 

Mi papá estuvo por dos benditas semanas buscando un traje adecuado para la "fiesta", si así se le puede llamar. Y esas es una de las cosas que más odio. 

Simplemente me parece totalmente innecesario tener doscientos trajes y todos similares. Demasiado dinero desperdiciado, en mi opinión. 

Traté de convencer mil veces a mi mamá que haga algo al respecto, pero ambos sabemos que hacer cambiar de opinión a papá es casi imposible. Siempre termina diciendo que no. 

Ma, por favor, ¿puedes intentar, al menos? No quiero ir —le ruego a mi madre, tratando de que yo evite ir a la modista. 

Hijito mío, sabes que por mí te dejo hacer lo que tú quieras, pero es tu padre, y ni yo ni nadie lo puede contradecir —ante su respuesta, bufo y me voy de la sala. 

Como ya se enteraron, no puedo hacer nada más que aceptar hacer todo lo que mi padre me dice.

En este momento me encuentro leyendo un libro en mi gran biblioteca. 

Digo que es mía porque la hicieron especialmente para mi, ya que ninguno de mis padres lee. 

A mi me apasionaba la literatura. Debo decir que con el paso de los años fui incrementando mi capacidad lectora y mi vocablo. 

A veces me gusta molestar a mi papá citando frases de novelas y que no entendiera nada. Su rostro era realmente chistoso. 

—Su alteza, solicitan verlo —dice una de las sirvientes, irrumpiendo mi lectura.

𝙎𝗁𝗂𝗋𝖻𝖾𝗋𝗍 𝙊𝗇𝖾-𝙎𝗁𝗈𝗍𝗌'.°•☆~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora