Green Gables.

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   Anne, una pequeña de 13 años, tomo un largo tren desde Nueva Escocia para llegar al hogar de su nueva familia, los Cuthbert. Ellos eran dos hermanos, que sufrieron la pérdida de su hermano, que afectó a toda su familia.
 
   Digamos que esto hizo un gran cambio en la personalidad de ambos hermanos. Marilla, se convirtió en una estructurada mujer, y Matthew, en un tímido hombre. Ninguno de los dos se casó, por lo que vivían juntos en Green Gables, el, por ahora, no tan alegre lugar.

   Como Matthew ya estaba un poco grande para hacer todo el trabajo de la granja, pidieron un niño para que los venga a ayudar con esta ardua tarea. Enviaron una carta a Nueva Escocia, con las esperanzas de una rápida respuesta. El "niño" se encaminará a la Isla del Príncipe Edward en unos días. Marilla se relajó al saber tal noticia, Matthew estaba bastante feliz, aunque no lo demostrara.

    ~♡~

    Matthew se encontraba en camino hacia la estación de trenes para recibir al tan esperado niño. Pero se llevaría una gran sorpresa al llegar al lugar.

   Entró hacia la recepción del lugar.

  —Buenas tardes, disculpe las molestias, vengo a recoger a un niño— dijo tratando de acortar la conversación lo más posible.
  —No hay ningún niño, señor, una niña, muy charlatán, por cierto.— dijo señalando hacia afuera. Matthew no sabía que hacer. Marilla dijo firmemente que era un niño al que iría a buscar. Pero no lo dudó mucho, la llevaría de todas maneras. Decidió que esto era un problema que Marilla debía resolver.
  —Mucho gusto, señor Cuthbert, lo esperaba con ansias. Aunque si no hubiera llegado, creo que hubiera dormido en aquel hermoso árbol blanco de cerezo, ¿Ha visto que belleza de naturaleza hay en este lugar? Es increíble— dice la niña apreciando cada detalle del lugar.— Disculpe mi ansiedad, pero no veo la hora de por fin llegar a Green Gables, ¿Podemos ir ahora, por favor?— dice esbozando una pequeña, pero verdadera sonrisa.

   —Em, uhm, si, seguro— dijo Matthew un poco sudoroso.— Deme su bolsa, así no tendrá problemas en llevarla—dijo él, tratando de no perder su dulce amabilidad.
   —Oh, gracias, en verdad, pero no es necesario, esta rota y yo solamente conozco el truco para que no se abra.— dijo subiendo su medio de transporte, un bello caballo.
   —Está bien.— dijo el, también subiendo.

  Durante el camino —de unos 12 kilómetros— hacia Green Gables, Matthew admiraba impresionado a la pequeña criatura, ya qué nunca en su vida había escuchado semejantes palabras que ni hasta la persona más culta podría haber dicho jamás en una conversación no tan formal. Una de las tantas cosas que dijo ella, además de hablar del hermoso paisaje, fue algo que impactó al mayor.

   —Ojalá fuera tan linda como todo esto, por que si no fuera por este horrible cabello y mis enormes pecas, no sería tan desagradable.— dijo un tanto cabizbaja.
   —Y-yo creo que tu cabello es muy lindo, y que r-resalta con el sol.— dice un tímido Matthew. En el camino no había hecho más que asentir y decir unas cuantas palabras sueltas. Ella lo miró con ojos abiertos, sin poder creer lo que había escuchado.
   —¿En serio cree eso, señor Matthew? Porque no hace falta que me lo diga por lástima, estoy acostumbrada a ello.— dijo retirando su sonrisa, solo un poco.
   —Em, sí, eso creo, de verdad, señorita.—Anne quedó totalmente estupefacta, no sabía que decir ante tan maravillosas palabras. Unas pequeñas lágrimas salieron de sus ojos.

   —Oh, señor, no sabe lo feliz que me hace saber eso. Mi cabello no suele ser una de mis ventajas, ni mucho menos mis pecas, pero agrada el hecho de que le gusten.— dijo apoyando su mano en el pecho. Matthew le sonrió en respuesta y continuaron hablando un poco más fluido. Él, sin darse cuenta, ya se había encariñado con la muchacha.

  Llegando a Green Gables, el menor de los Cuthberts la ayuda a bajar, mientras Marilla, la mayor, sale disparada de la grande, pero no tanto, casa.

  Su cara no reflejaba más otra cosa que asombro. No entendía si era un mal sueño, ya que, anteriormente, Rachel Lynde había venido a su casa sorprendida por el hecho de que Matthew había salido de la casa, y la había atormentado con el hecho de que no le parecía una buena idea adoptar a un "muchacho". O también podría ser un un chiste, aunque le pareció que Matthew no era muy bromista, que ella recordara.

  Lo único que salió de su boca fue.

   —Matthew, ¿me puedes explicar que hace esta muchacha aquí?— dijo frunciendo el seño.
   —No lo sé, Marilla, ella estaba allí, y no pensaba dejarla. Pensé que sería una mejor idea dejartela a ti.— La niña no entendía mucho, pero después de unos segundos, analizó la situación, y se dio cuenta de lo que estaba sucediendo.
   —Claro, debí haberlo esperado. No me quieren.— dijo largando unas lágrimas y cayendo lentamente al suelo, destruida. — Era obvio, no me esperaban, como fui tan tonta, yo— iba a continuar, pero fue interrumpida por la señora Marilla.
   —Pero niña, que haces en la tierra, levántate, te vas a ensuciar—dice ella en señas para que se levante.
   —De que sirve levantarme si estoy sufriendo, no me quieren, no vale la pena.—
   —A ver, querida, ¿cuál es tu nombre?—dice la mayor, tratando de consolarla,y agachándose para estar a su nivel.
   —Me llamó Cordelia, señorita.— dijo tratando de ocultar su identidad.
   —No creo que ese sea tu verdadero nombre, niña—
   —...Me llamo, Anne, con una e, por favor, si puede deletrearlo así.— dice por fin levantando la mirada.
   —Bueno, Anne con una e, por favor, levántate y vayamos dentro.— dijo señalando Green Gables. La ñiña sonrió levemente y se adentró a lugar.

  Cuando entro, vio a un niño, no tan alto pero si un poco más que ella, pelinegro con rizos, unos ojos que pudo identificar como avellana, una mandíbula marcada y una sonrisa que podría enamorar a cualquiera.

  Cuándo sus miradas se encontraron, su cuerpo sintió un extraño, pero lindo escalofrío. Nunca se había sentido igual. No entendía lo que estaba sucediendo. Él, después de un rato de mirarse, habló.

   —Buenas tardes, señorita...— dijo estrechando su mano.
   —Anne, con una e, Shirley, mucho gusto, señorito...— el río.
   —Gilbert, Gilbert Blythe.— ella estrecho su mano también, donde sintió un pequeño choque de electricidad.
   —Uhm, si me disculpas, tengo que ir arriba, la señorita Marilla tiene que hablar, así que, espero verte por aquí—
   —De seguro nos veremos seguido, de hecho, vivo aquí, así que es un si.—dijo sonriendo. Ella estaba... como decirlo.
   —Seguro, bueno, adiós—.
   —Adiós, Anne con una e— el se retiró y ella volteó para subir a lo que, todavía ella no sabiendo, sería su futura habitación. Tenía un sonrisa de tonta enamorada. Y él también.

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Hola a todxs! Aquí empezando un nuevo libro de one-shots de Shirbert, en especial, como se habrán dado cuenta. Diganme si quieren una segunda parte. Espero que disfruten estas historias como yo las disfruto. No se olviden de votar y comentar💗.
Ariosss💞
PD: todos los personajes pertenecen a Netflix y CBS. Tal vez en algún one-shot agregaré algún que otro personaje. Gracias por la atención:)

𝙎𝗁𝗂𝗋𝖻𝖾𝗋𝗍 𝙊𝗇𝖾-𝙎𝗁𝗈𝗍𝗌'.°•☆~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora