𝙎𝗁𝗂𝗋𝖻𝖾𝗋𝗍 𝙊𝗇𝖾-𝙎𝗁𝗈𝗍𝗌'.°•☆~

A day behind bars. (Argentina)

—Uh Anne, te dije que no pongas la alarma. 

—¿Qué? ¿A dónde se fue mi general? 

—Te dije que apagues la alarma, boba.

—Bueno che, bajame tres cambios y una marcha. —dice ella con mala onda, mientras apaga el sonido del celu.

—Perdonáme mi chiquita hermosa, pero tengo sueño. —le responde Gilbert, todavía medio dormido.

—Amore mío, ya te dije que no podes quedarte toda la noche viendo Auronplay, por más que me duela —la colorada se da media vuelta para ver su carita y acariciar sus rulos tan hermosos.

—Bueno sh, seguíme haciendo mimos. —se calla para acurrucarse en su pecho y abrazarla por la cintura.

—Pero Gil...

—No arruines el momento.

Anne no dijo nada más, quedándose un buen rato con su novio, acostados en la cama.

Eso era una de las cosas que más le gustaban de despertar con él.

—Che gordo, te quería preguntar... —iba a seguir hablando pero se dio cuenta de que Gilbert ya estaba dormido de vuelta— Gil, despertate, vamos a desayunar —seguía sin conseguir una respuesta, así que usó su táctica—. Bueno, entonces me como los panqueques con dulce de leche yo sola... —dijo mientras se levantaba de su querida cama.

—Ni se te ocurra —la agarró del brazo y la tiró para atrás, para después llenarla de besos en la cara—. Son todos míos —le dijo imitando la voz del muñeco amarillo de Lazy Town.

—A Sthepanie no le gusta eso. —le respondió imitando las voces de los doblajes.

—El que llega primero se come todos los que quiere —dice y el pelinegro sale corriendo antes.

—¡Para, tramposo! 

Anne lo siguió y bajó las escaleras, hasta que le erró en un escalón "doblándose" el tobillo.

—Ay, para, me hice mal. —le grita en el suelo, haciendo que su novio se preocupe.

—Uh, ¿te duele mucho? —pregunta poniéndose en canastita.

—Sí... pero esto te va a doler más.

Anne le hace una toma que aprendió en defensa personal y lo deja en el piso, tocándose la panza. 

Capaz que no parecía, pero Anne tenía bastante fuerza.

Ella corrió hasta la heladera y agarró el tupper con todos los panqueques, y saltó festejando.

—Te gané, ja. —le refriega en la cara.

—No vale, me metiste una ñapi en la panza —contesta recuperándose.

—Dale maricón, no te hice nada —le extiende la mano para ayudarlo a levantarse, pero Gilbert la usa en su contra y la tira encima suyo, quedando Anne arriba de él y poniéndola nerviosa. Después de 3 años y todavía sentía las mismas mariposas que el primer día.

Se quedaron un ratito juntos, abrazados, pero Anne como siempre, arruinando el momento.

—Amor... me cago de hambre —le dice sincera.

—Sí, yo también.

Los dos se levantan y van a la cocina. Anne agarra los panqueques como si fueran lo más preciado en su vida, y Gilbert alza las manos en señal de "tranqui, son tuyos".

Gilbert se hace unas tostadas con mermelada y café, lo normal para él.

Anne saca un platito para los panqueques, y los disfruta.