¡Bienvenido/as al BNHAtober del 2020!
1 libro, 31 capítulos y 31 temas distintos.
Un OS diferente cada día ¿Puede haber algo mejor? No lo creo.
» Lean el primer apartado para más información.
» Por obvias razones habrá advertencias que se les será...
Nota: Este es el segundo spin off de mi historia, como pueden ver es casi el mismo separador y este le seguiría al primero que fue el cumpleaños número 8 de Yoshio.
¡Disfrútenlo!
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Era un bonito día, los niños parecían correr hacia las tiendas que para esa fecha ya tenían sus decoraciones de Halloween, entregaban dulces a niños y adultos sin necesidad de que estos llevaran un disfraz, después de todo debían vender su mercancía y si solo se lo vendían a los niños con disfraces, entonces iban a perder más que ganar.
Las personas disfrutaban de aquellos eventos, más los niños ya que les daban dos días libres de clases, aunque les dejaran como tarea hacer un ensayo de lo que hicieran esos dos días libres; el pequeño Yoshio era el que más contento se ponía ya que podría disfrazarse y ayudar a su papá Zuku con las decoraciones para la fiesta que hacían en su casa. Así que ese día —Un día antes de la fiesta— decidieron ir a las tiendas para comprar toda la decoración necesaria porque las decoraciones del año pasado ya no estaban de moda, así que solamente se arrastraban a su papá Katsuki para que los acompañara y para que cargara todo lo que compraban.
Katsuki muy a su pesar, terminaba tomando esos días libres, sobretodo cuando su familia salía a comprar y ahora que su lindo omega —Quien caminaba en esos momentos como un pingüino— llevaba ocho meses no podía solamente dejarlos salir a comprar solos; debía estar cuidando y vigilando a su pareja por si rompía fuente, según Inasa, era posible que el embarazo se adelantara y debían llegar al hospital como si se estuvieran teletransportando; él al ser policía podía saltarse unos cuantos semáforos, por supuesto que pagaría luego las multas que él mismo se colocaba pero si se trataba de su pareja y sus hijos, iba a manejar como si el mismo diablo le estuviera pisando los talones. Aún así su pareja no parecía tener ninguna dolencia y parecía estar tan perfecto que si no llevara una panza más grande que un balón de fútbol, creería sinceramente que el embarazarse es cosa sencilla.
El cenizo solo suspiraba en silencio mientras escuchaba la conversación entre su bolita de amor y el amor de su vida, ambos iban hablando de la fiesta que se armaría en el patio de su casa como los últimos años, decidían qué comprar, qué hacer y hablaban sobre los nuevos detalles que las calles tenían ese día mientras él tenía ganas de agarrarlos, devolverse a su auto y regresar a la comodidad de su hogar, olvidándose de la tonta fiesta pero el solo imaginar que ambos —Omegas al fin— lo terminarían odiando por hacer aquello, mejor se quejaba en silencio y los seguía a donde éstos fueran.
Una de sus paradas fue una tienda por la que entraron para observar las distintas decoraciones que había pero ninguna les llamó la atención, así que salieron para la siguiente tienda donde se llevaron algunas cosas que terminaron en una sola bolsa y Yoshio fue quien decidió llevarla, así que Katsuki solo se mantenía abrazando la cintura de Izuku y éste tenía la mano del pequeño Yoshio, era una bonita vista de esa extraña familia para quien los viera. No tardaron demasiado en llegar al centro comercial para meterse en la tienda más grande de decoraciones, la tienda siempre tenía decoraciones adecuadas a las fechas del momento, habían cosas del año pasado y luego estaban las decoraciones que había sacado recientemente. Así que tomaron un carrito, el cual Katsuki terminó llevando, para comenzar a pasear por los pasillos con emoción.
