Día 26 - Relación prohibida

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Pareja: DabiTodo.

Número de palabras: 2375.

Advertencia: Incesto, lemon/+18/smut (Como quieran decirle) y OOC leve de Shoto.

Nota: No tengo nada que decir, más que ¡Disfrútenlo pecadores! ♥

Toya llevaba bastante tiempo viviendo lejos de su familia, el hombre que era su padre, era un cabrón en toda la palabra; al hombre no le importaba nada más que él mismo y un mísero puesto como el mejor empresario sólo para ganarle a su contrincant...

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Toya llevaba bastante tiempo viviendo lejos de su familia, el hombre que era su padre, era un cabrón en toda la palabra; al hombre no le importaba nada más que él mismo y un mísero puesto como el mejor empresario sólo para ganarle a su contrincante Yagi, el hombre no parecía prestarle atención en absoluto a su padre y él mismo hacía lo mismo.

Ahora, luego de diez años, volvía a su casa ya que su madre le pedía que se hiciera cargo de su hermano menor, Shoto mientras ella y Enji, su padre; estaban de viaje por negocios. El bicolor era bastante serio y de pocas palabras, eso le gustaba y le disgustaba en partes iguales; algunas de sus expresiones se parecían a las de su padre, aquello lo estresaba y le daban ganas de golpear algo que no fuera el rostro del chico.

Toya nunca había visto con otros ojos a su hermanito menor, aunque en algunas ocasiones si le había parecido bastante lindo e incluso cuando a veces lo veía en el centro de la ciudad con un tipo que parecía ser de otra escuela y que iba detrás de su hermanito, pidiéndole e insistiéndole quién sabe qué pero que al parecer no obtenía nada, ni siquiera atención de parte del bicolor y aquello lo divertía, incluso hubo veces en las que se acercó a saludar solo para frustrar la salida del otro, teniendo la atención del menor y haciendo que se olvidara que se encontraba con el otro.

Su madre se había encargado de dejarle una copia de las llaves de la casa antes de irse ese día, tenía entendido que Shoto sabía que estaría allí los siguientes días, le había preguntado a su madre el porqué no le pedía a Fuyumi o Natsuo que lo cuidara, grande fue su sorpresa cuando ésta le dijo que estaban estudiando fuera de Japón desde hace tres años y él ni siquiera estaba enterado, quizá era su culpa ya que tampoco se había molestado en saber de su familia desde que se fue de casa.

Por ello, ese día que salió de la universidad dejó la mochila en los asientos de atrás de su auto junto con la maleta con la ropa que usaría esos días en los que estuviera cuidando a su hermanito, tenía un mes o poco más de no verlo, sus estudios lo mantenían encerrado dentro de cuatro paredes sin contar que también su trabajo le succionaba las energías, así que poco salía de su trabajo o de su dormitorio de estudiante; se subió a su auto y emprendió camino hacia la casa familiar, escuchando música mientras manejaba.

A su celular llegaba un mensaje del banco por el tono de notificación por lo que aprovechó el alto del semáforo para revisar el mensaje y por poco sus ojos se salen de sus cuencas, le había llegado una transferencia de una cuenta con el apellido Todoroki y luego el siguiente mensaje de su madre:

«Espero hayas recibido el dinero, eso es por si se acaban la comida en los siguientes días en los que no estamos, pero no vayas a malcriar a Shoto con dulces, los queremos; pórtense bien.»

Tsk esto es demasiado, ¿Malcriar a Shoto? No es como que tenga diez años Se quejó, dejando el celular a un lado. Tampoco es como que nos vayamos a comer toda la comida entre dos ni haremos una fiesta.

BNHAtober 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora