Día 16 - Hanahaki

568 40 9
                                    

Pareja (Se podría decir): EndeHawks.

Número de palabras: 2293.

Advertencias: Ninguna.

Nota: No habrá continuación que desarrolle un mejor principio, así que no pregunten :3 Preparen pañuelos, por si acaso.

Nota: No habrá continuación que desarrolle un mejor principio, así que no pregunten :3 Preparen pañuelos, por si acaso

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

«Estaba jodido, completamente jodido y Keigo lo sabría pronto...»

A los doce años se presentó como un omega, el primero de una familia de puros alfas y siendo rechazado por lo mismo, aún así no hizo caso a nada de los que su familia e incluso sus mismo padres pudieran decir de él y de su subgénero, él estaba orgulloso de lo que era y nadie lo hizo cambiar de opinión. Aún así estudió en las mejores escuelas, teniendo siempre amigos omegas que le enseñaban acerca de ser un omega y cuando su celo llegó a las quince años, él mismo agradecía que sus padres se hayan ido de viaje, solía quedarse solo y no le importaba, él podía cuidarse por si mismo desde los siete años.

Era un omega con la personalidad de un alfa por ello era que sus padres no lo habían dejado completamente de lado, se dijo que no le importaba, mientras le dieran buena educación, techo y comida, no le importaba que le faltara el amor de sus padres, aunque cuando veía el comportamiento de los padres de sus amigos, le causaba cierta envidia que había aprendido a ocultar. A sus diecisiete años comenzó a trabajar en una panadería sin decirle a sus padres, quería ahorrar el dinero suficiente para salir de su casa; su universidad había sido pagada desde que entró a la secundaria, por lo que tenía el puesto reservado; quería estudiar periodismo y no seguir la estúpida carrera de empresarios que sus padres tenían por la simple razón de no gustarle estar encerrado en cuatro paredes y terminaba sintiendo que tenía claustrofobia, aunque no tenía ninguna fobia; no recordaba haber experimentado alguna.

Cuando se graduó de la secundaria sabía que sus padres no estarían presentes en el lugar y a él sinceramente no le interesaba, tenía pocos amigos con los cuales iba a celebrar y bastantes alfas detrás suyo queriendo cortejarlo, a él no le interesaba ningún alfa mediocre como lo eran ellos; él ya tenía un alfa que había robado su corazón y lo había conocido por pura casualidad un día cuando iba llegando a su casa.

El hombre, un pelirrojo con ojos azules, tan azules que se asimilaban al mar y tan profundos como el mismo, era mayor que él, muchísimo mayor; le llevaba diez años pero Keigo estaba seguro que ese hombre era su destinado, aún así no pudo hacer mucho. Sus padres le contaron que el hombre estaba casado y con cuatro hijos, aquello fue el principio de su fin.

La segunda vez que se vieron, Enji lo encaró y le dijo que no lo podía aceptar como su omega, él estaba casado y con hijos, además de ser menor que él; Keigo fingió una sonrisa y le aseguró que todo estaba bien, a pesar que se omega se sentía totalmente desolado y en su pecho se acrecentaba un dolor que había tratado de ignorar. La tercera vez, tenía veintidós años recién cumplidos y se había encontrado al hombre junto a su esposa e hijos menores, la mujer lo miraba con pena; fue entonces que Keigo se dio cuenta que la mujer sabía que era su destinado y aún así no hacía nada para ayudarlo , ese día el dolor se hizo mucho más fuerte y frente a la familia le comenzó un severo ataque de tos, ni siquiera se detuvo cuando trataron de detenerlo porque no le interesaba seguir observando a su destinado ser feliz con otra.

BNHAtober 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora