1

2.6K 138 21
                                    


Vivimos en una sociedad, en la cual ya no puedo hablar sin referencias a los múltiples memes que danzan de arriba abajo en la pantalla trizada de mi teléfono de gama baja. ¿Por qué soy así? La monotonía es tal, que mis amigas charlando en la mesa de ese Starbucks, que está sobrevalorado, y que me costará el dinero de un par de pasajes en autobús parece ser en blanco y negro. Sus temas me parecen aburridos y simplones, no hay color. De pronto, bajo la mirada color agua a mi pantalla, y un gato diciendo cosas con mala ortografía consigue entusiasmarme más que cualquier cosa que esté pasando fuera de las pulgadas de mi celular.

Me desconsuela pensar que ya nos tenemos que ir, y que el wi fi gratis del local no me seguirá en el camino a casa. Me lamenta aún más pensar que no puedo escuchar el nuevo álbum de Lady Gaga mientras camino, porque sin Spotify premium no puedo escuchar canciones sin conexión...

¡vaya mierda la vida! Susurré inaudiblemente.

Quizás debiese buscar algún trabajo en el sobrevalorado Starbucks, o en un cine, o donde sea...

El cansancio de la jornada universitaria recorre desde la planta de mis pies hasta la punta de cada cabello de mi cuerpo. Y el estrés casero me hace sentir desde el primer momento en que mi llave toca el cerrojo de la puerta.

Veo a Jake, mi padre, sentado en el sillón con la mirada perdida. Ahogado en anhelos y deseos que son más profundos que el límite de su alma.

— Hola, princesa. — Dice cinco minutos después de que entrase a la casa. Cuando luego de divagar por las oscuridades de su mente logra aterrizar en la realidad.

— Hola.

Camino en dirección a mi cuarto, y lanzo mi mochila con desdén. Como si de esa manera pudiese liberarme del peso de mi vida. Tendida sobre la cama, acaricio mi cabello rubio en busca de liberar los pequeños nudos que se han formado a lo largo del día. Papá en realidad no es un mal tipo, lo sé, pero sus decisiones me han llevado a un desapego mayor a mis ganas de querer ser cariñosa con él. Sé que no me hizo daño con intenciones, pero no borra el hecho de que lo hiciera, y lo siga haciendo...

— Comeremos en una media hora, iré a comprar algo...

— De acuerdo. — Contesté mientras lo vi apoyado en el marco de la puerta de mi dormitorio.

Me levanté de mala gana para ordenar todo lo necesario para el día siguiente, y separé las malditas perras guías que tenía que estudiar para las clases más próximas de la semana. Gracias a mi situación económica, logré que el estado me financiase la carrera, lo cual, no quería decir que me gustara estudiar. Pero es la única forma que tengo para salir de este agujero de la desgracia.

Así que esta es mi vida, estoy atrapada en un universo en blanco y negro, intentado salvarme de mi propia existencia con un celular inservible y una carrera que odio. Con amigas que no creo conocer, sin una madre, sin hermanos, y con un padre adicto a las drogas. Caminando en piloto automático, hasta que logre tener el poder monetario para intentar comenzar mi vida desde una plataforma que me acomode. 

_______________________________

Si alguien llega a leer mi historia, agradecería que comentaran y votaran, para saber si estoy haciéndolo bien, y como motivación.  Muchas gracias por leer <3, cualquier sugerencia, comentario o crítica es más que bienvenida. 

- Emma

Mi refugio - CLEXA AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora