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Estaba con Raven saliendo de una clase de lingüística conversando de la vida y de lo loco que fue el no habernos conocido antes, pues teníamos demasiado en común. Disfrutábamos de las mismas películas, las mismas series e incluso el mismo humor retorcido. Teníamos los mismos grados de infantilidad en la sangre y disfrutábamos de las canciones de Disney como si se tratase de la mejor banda del mundo. Realmente comenzaba a considerarla una buena amiga, a pesar del poco tiempo que llevábamos de conocernos.

De pronto, escuché una voz que no había oído antes.

— ¡Hola, Reyes!...

— Piérdete, Finn. — Contestó mi amiga.

— Podría, dijo... no tengo problema en perderme si me presentas a tu linda amiga...

— Aléjate de mí, y aléjate de ella, tarado.

Rav me tomó del brazo y me llevó al otro extremo de la universidad, cuando se calmó, se sentó en una banca y me miró como intentando explicarme algo.

— Y entonces... ¿Quién era ese, Raven?

— Ese es un dolor de cabeza. Es Finn, un exnovio. De esos exnovios que no tuvieron vergüenza en engañarme con dos tipas, y atreverse a coquetear con O y Lexa. De no ser por ellas, probablemente seguiría con el imbécil, y él viéndome la cara de estúpida.

— Vaya, lamento oír eso. — Dije mientras pasaba mi brazo sobre su hombro. — ¿Entonces fueron las chicas las que te advirtieron del idiota?

— Así es, Finn creyó que podría seducirlas, pero además de ser buenas amigas, Octavia tiene sus ojos en otra persona y con Lexa no tiene ninguna posibilidad. — No dudé un segundo de la amistad incondicional de las chicas, pero no quise hacer comentarios para no meter la pata.

— No te hagas la tonta Clarke Griffyndor. — Reí ante la ocurrencia. — No me digas que no has notado que Octavia babea por nuestro fortachón compadre.

— La verdad los encuentro tiernos, pero no me había detenido a pensarlo. — Mentí para no romper la confidencialidad ente O y yo, aunque era más que claro que Raven ya había sacado las cuentas. — Igual, entiendo tu punto, y Lexa es demasiado buena como para traicionar a nadie. — Agregué segura de mí misma.

— Sí, bueno, no solo por eso... — No entendí a que se refería Raven con ese último comentario.

— Lamento que hayas tenido que pasar por eso Rave, eres una chica preciosa, cualquier hombre sería afortunado de estar contigo. Además, eres la persona más inteligente y graciosa que conozco. Eres como un todo en uno.

— Lo sé... — Añadió graciosa la morena. — Gracias Clarke. De hecho, estoy conociendo a un muchacho guapísimo, se llama Shawn y es genial, no quería admitirlo hace unos meses, pero creo que la cosa va en serio, tenía pensado platicarles de él e invitarlo a la fiesta de Halloween de los Blake. Realmente me gusta. — Y se sonrojó al pronuncias esa última frase. — ¿Qué hay de ti, Rubia...? ¿Hay alguien en tu mapa?

— La verdad no. Wells ha sido mi único novio, y eso fue en la escuela. Duramos sólo un par de meses, y terminamos luego de que mamá muriera en un accidente. A pesar de ser una adolescente no tenía ánimos de ser la novia de nadie, tenía demasiados problemas. — Dije fingiendo que no los seguía teniendo, aunque sí. — Y bueno, cada vez que he sentido atracción por alguien desde entonces, me doy cuenta meses después, cuando esa persona ya no está al alcance, pues no me dejo sentir las cosas en el momento, o me cuenta demasiado darme cuenta de que me interesa alguien. Además, no me siento tan atractiva como para gustarle a nadie. ¿Quién podría fijarse en mí? Soy un poco rara.

Mi refugio - CLEXA AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora