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La semana anterior fue un caos, pero ya era lunes y todo quedó atrás, en tan solo una semana más iba a recibir mi primer mes completo más los días de prueba en mi paga y eso me tenía entusiasta, quizás renovara algo de ropa, ya me sentía mal con estos trapos viejos.

Caminé desde mi turno en la cafetería a la universidad, no tenía clases hasta después de almuerzo, así que me senté en una banca a estudiar un poco y pensar que podría comer. Levanto la vista para descansar luego de terminar de leer unos textos y veo a lo lejos a Lexa caminar hacia mí.

Caminaba melodiosamente, casi como si tuviera una banda sonora y fuese la protagonista de un musical, ambientado en el mejor día de su vida, pues se veía radiante. Lucía un look bastante noventero: zapatillas blancas, un short hasta la cintura y una camiseta de rock negra dentro del short, tenía el cabello suelto y a pesar de estar a varios metros, podía sentir su rico aroma. Miré mi ropa y me sentí un poco fuera de onda, ella se veía preciosa, y pues, reafirmé mis ganas de renovar mis prendas.

— Hola Lex. — le dije cuando acomodó su mochila en el suelo y se sentó a mi lado.

— Hola, Clarke. — Lexa buscó en sus bolsillos y sacó una caja de cigarrillos y un encendedor.

— No sabía que fumaras.

— Uy, lo siento, estaba a punto de ofrecerte uno. ¿Te molesta que fume?

— La verdad no, de hecho, te acepto el cigarro.

— Debo decirlo, no es mi mejor hábito. — Prendió su cigarro y ayudó a prender el mío.

— Tampoco el mío, hace meses no fumaba. — Era cierto, un cigarrillo me ayudaría a botar el estrés de la semana pasada.

— Pues no deberías fumar. — Me dijo con tono de mamá.

— Oye eres tú la que me lo ofreció. — Le dije fingiendo indignación.

— Esperaba más de ti, Clarke.... — intentó ponerse seria, pero se le escapó la risa. Se veía tan tierna riendo, pero tan ruda con el cigarrillo en la boca, me provocaba una curiosidad más allá de lo usual en mí.

— Tú tampoco deberías, hace mal sabes.

— Sí, lo sé. Pero, en fin, permitámonos disfrutar del cigarro y cuéntame ¿Te gustó tu nuevo celular verde? A qué es genial la cámara, yo amo fotografiar las flores de mi jardín... además que la memoria es super amplia y... ¿Qué ocurre Clarke? — Lexa debió notar que mi cara cambió al mencionar eso.

— Tuve que devolverlo... — dije sin ánimo.

— ¿Por qué? Salió malo o algo así. — Por alguna razón el tono de voz de Lexa me hizo sentir confianza, y decidí contarle lo que pasó.

— La verdad no alcancé ni abrirlo... no sé si quieras escuchar la triste historia...

— Claro que quiero, si es que quieres contármela... — dijo tiernamente.

— Verás, ese día llegué a mi casa y habían cortado la luz. Me enteré de que mi papá no estaba trabajando hace un mes y las cuentas estaban atrasadas en varios más, por... bueno, por unos problemas de él. La cosa es que tuve que devolver el celular y usé el dinero para pagar todo lo que hacía falta, de no ser por la propina que me dejaron tú y los chicos, me hubiese quedado sin nada...

— Guau, qué lástima que tengas que cargar con esas responsabilidades, Clarke. — Me tomó la mano y la acarició. — Espero que no te haya afectado mucho y que esté todo en orden, las cosas no deberían ser así.

Mi refugio - CLEXA AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora