Mi refugio - CLEXA AU

9

Lexa recibió la información como una cachetada y se le heló cada centímetro de piel. Antes de que pudiera si quiera procesar la información, la rubia ya había salido del auto y se encontraba de rodillas junto a su padre con la cara totalmente deformada por la procupación. Lexa estacionó su bonito convertible azul y se acercó lentamente a Clarke tomándole el hombro.

— Lo siento, Lex, debo llevar a papá a casa. — dijo la rubia como excusándose por tener que terminar un día tan bonito de aquella forma, lo que no había notado es que en ese tiempo la morena había bajado el techo del auto y tenía la puerta trasera abierta.

Lexa miró a Clarke como no entiendiendo lo que le estaba diciendo y se agachó frente a la rubia indicándole que tomara a su padre por el hombro. Clarke ni siquiera proceso la información, solo actuó en pioloto automático, su padre estaba totalmente inconciente, pero era evidente que aun respiraba, lo hacía lentamente como si estuviera en el mejor de los sueños.

— Estamos a 15 minutos del centro médico más cercano, Clarke, podemos llevarlo ahí, o podermos llevarlo a tu casa o a cualquier otro lado si piensas que el hospital te dará problemas. — Lexa estaba haciendo toda la fuerza que sus tonificados brazos le permitían y con el mayor cuidado que pudo dejó a Jake en el asiento trasero, tomó a Clarke de los hombros y la miró fijamente a los ojos. — Escuchame, una ambulancia se tardará más y no tengo idea de qué hacer, dónde lo llevamos.

El primer pensamiento de Clarke era llevar a su padre a casa y rogar que solo estuviera drogado como mula, sin embargo, pensó que no quería la responsabilidad de desvelarse para procurar que su padre siguiera respirando, no quería que su padre despertara de la nada y tener que encargarse de que este no se golpeara la cabeza contra la pared rogándole a su propia hija que le fuera a comprar más drogas, no, no esta vez, no quería ser la responsable de procurar que su papá tuviera convulsiones o dejara de respirar de la nada, no tenía idea de cómo reaccionar ante otra sobre dosis, y definitivamente no quería tener que curar las heridas llenas de tierra que su padre tenía en el rostro. Y con lágrimas en los ojos le dijo a Lexa que el hospital era la mejor opción.

Lexa manejó lo más rápido que pudo, pero manteniendo la calma en todo momento, notó que Clarke estaba en absoluta tranquilidad, pero que de sus ojos no paraban de caer lágrimas, le impresionó ver que su cara no hacía ningún gesto, ni dolor, ni decepción, ni angustia, sus lágrimas solo caían por sus bonitas mejillas como si alguien hubiese olvidado cerrar la llave del agua. Fue así hasta que llegaron al hospital, la morena corrió en busca de ayuda a través del ala de emergencia, y rápidamente llegaron paramédicos con una camilla y suero, la rubia aun segía sentada inmóvil en el asiento del copiloto con una cascada en su rostro mientras los paramédicos acomodaban a Jake para ingresarlo.

— ¿Cocaína otra vez, cielo? Preguntó una doctora mirando a Clarke.

— Yo supongo...

— Hiciste bien en traerlo esta vez. — dijo la doctora tanto a Clarke como a Lexa. La morena estaba teniendo problemas para asimilar que esta no era la primera vez que su rubia pasaba por esto, y sintió una enorme preocupación en su pecho, estaba de pie totalmente inmóvil cuando de pronto...

— Muchas gracias por ayudarme, Lex. No tienes que preocuparte ahora, realmente no sé cómo agradecerte... ve a casa.

— Ni hablar. — reaccionó con rápidez. La rubia reaccionó de su trance repentinamente. — No pienso dejarte sola aquí, llegas conmigo, te vas conmigo.

— Lexa no es nece...

— Yo quiero, no podría dejarte sola aquí, te acompañaré el tiempo que haga falta. — El corazón de la rubia pareció volver a latir, asumió que luego de semejante espectáculo lo habría perdido todo, la confianza hacia su padre, la alegría, la consideración de Lexa, básicamente todo lo que tenía. Miró a Lexa con un gran gracias tatuado en su mirada aguamarina, y se permitió solo por un segundo pensar que la mujer plantada frente a ella no se iría tan pronto como ella esperaba.