¿Verdad o Reto?

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- ¡No! -gritaba Candace a Drew quien se encontraba tras la puerta de la habitación.
Habíamos decidido hacer una especie de pijamada. Candece, Noemí, Macarena y yo nos encontrábamos en la habitación de mi amiga Dulce. Charlábamos, o al menos eso intentábamos hacer ya que cada dos segundos Drew quería participar de nuestra plática y se metía a la habitación a espiar.

El día estuvo bastante tranquilo, después de haber platicado toda la noche con Nate esperando a Jake me enteré de que mi abuelo lo había entrenado cuando él era un novato, que en su primera misión lo mandaron a Japón a espiar a unos mafiosos asiáticos y que esta no sería su primera vez en Rusia. El hombre era todo un personaje, uno simpático y gracioso.
Una vez Jake llegó, ebrio, al apartamento Nate nos citó para el día siguiente a ese a las ocho de la mañana. Me encontraba feliz, ya que en solo unas horas el día cambiaría y tendría que ver a Nate en la sala de estrategias para nuestra primera asignación.
- ¡Mañana tengo que ver a la perra en estrategias! -se quejaba Macarena con una botella de tequila en la mano.
- No te quejes, por lo menos tú le agradas -respondió Noemí mientras le quitaba la botella y bebía tragos largos.
- ¿Agradarle? ¡El otro día dijo que estaba gorda! -gritó Macarena mientras tocaba su abdomen. Ella era esbelta, demasiado delgada para mi gusto. Parecía una modelo y Juliette había conseguido que en menos de quince minutos estuviera deseando bajar de peso. Juliette era una maldita.
- Calma, Maca -la abrazó Candace- Ese animal cree que la mujer perfecta tienen que ser 90-60-90 y déjame informarte de que esas mujeres ya murieron -la consoló.
- Con los dinosaurios y las brujas, ella fue la única que sobrevivió al meteorito -agregué. Tenía sueño, en general cuando tenía sueño podía hablar horas y horas cosas estúpidas, pero jamás cosas que no pensara. Al parecer Candace notó eso y calló a las chicas.
- Verdad o reto -me miró y apuntó con su dedo índice mientras dejaba a Macarena sentada en una posición cómoda.
- ¿Qué diablos dices? -le pregunté buscando ayuda en los ojos de Noemí sin éxito.
- ¿Verdad o reto? -lo dijo más segura y convencida que antes.
- ¿Verdad?
- Yo tengo una buena -dijo Macarena motivada, al parecer había olvidado la escena de hace unos segundos.
- Yo también, pero vamos pregunta -dijo Candace.
- Cada vez que sabes que Jake va a nuestro apartamento -Macarena se señaló a sí misma y a Noemí- ¿te da celos? -suspiré, era la pregunta que más me esperaba pero que prefería no responder.
- Emmm... Verán, yo... -comencé a responder pero Noemí me cortó, robó todo mi espacio vital y miró a mis ojos tan fijamente que me dio miedo continuar.
- Recuerda que no puedes mentir. La perra de Juliette nos entrenó para detectar la mentira y esa perra es muy buena en ello -me dijo Noemí, Macarena solo asintió. Tenía razón, estaba jugando a esto con futuras espías, estaba acabada si mentía.
- No -dije rápidamente y de manera sencilla- no me interesa a donde vaya.
Macarena se acercó rápidamente a mí y miró mis ojos de forma profunda. Finalmente asintió con la cabeza y se alejó.
- Elige a tu víctima -sentenció Candace.
- Escojo a... Dulce -le dediqué una sonrisa, esta sería mi venganza- ¿Verdad o reto?
- Verdad -me sonrió, y se acomodó en el suelo.
- ¿Qué es lo más vergonzoso que has visto hacer a Drew desde que conviven en este piso? -preguntó Noemí.
- ¡Maldita! -dijo- eso no se vale. -Candace fingía estar furiosa, pero en realidad estaba divertida- Una vez estaba cansada de tanta mierda y me encerré en el baño por tres horas... -perdí el hilo de lo que decía, pensaba en mi propia experiencia. Jamás había visto hacer algo vergonzoso a Jake, o al menos solo, juntos solíamos hacer cosas estúpidas en nuestro apartamento. Correr por un diario, hacer una lista, ver televisión rusa, entre otras. Tal vez lo único vergonzoso fue la vez en la que llegó ebrio y me contó acerca de sus reglas sobre el sexo. Eso fue épico.
Las chicas se rieron de la historia de Candace y yo las imité, esperé a que ella eligiera. Lo hizo, Macarena fue la gran elegida.
- ¿Verdad o reto? -preguntó Candace bastante divertida.
- Reto -aplaudió Macarena mientras se concentraba en el vacío.
- Bien, te reto a... a... Besar a la chica más linda de esta habitación -terminó de decir Candace, nosotras solo la miramos estupefactas. En ocaciones olvidaba que Macarena gustaba de las chicas, y esta era una de esas veces.
- ¡No! -gritó ella- Lo haces porque soy gay ¿cierto? -dijo fingiendo cierta violencia que a todas nos causó mucha gracia- No, lo siento prefiero verdad -sonrío a Candace.
- Ya es tarde, si no nos conocieras, ¿a quien invitarías a salir? -inquirió Candace.
- Pero las conozco, no lo haré Dulce, supéralo -miró seria.
Para este punto Noemí y yo comenzábamos a notar cierta tensión en el ambiente. Una tensión que no se fue ya que comenzamos a pedir que lo hiciera de todos modos.
- ¡Vamos, no seas aburrida! -dijo Noemí.
- Tú elegiste reto -la miré obvia.
- Las odio -murmuró Macarena y se acercó lo suficiente a Noemí como para besar sus labios. Se detuvo y contempló sus ojos, luego besó su mejilla y volvió a su lugar- ¿Felices? -preguntó satisfecha.
- ¡Eso no se vale! -protestó Candace.
- Eso es porque no eres la más guapa de la habitación -intervine divertida, Candace estaba haciendo pucheros falsos.
- Me halagas -soltó Noemí, quien había estado congelada durante un rato- en serio que sí.
- Bien, porque que conste que si pudiera elegir entre Noemí y Megan Fox, definitivamente elegiría a esta última -nos dedicó una sonrisa. Macarena era muy simpática, desde la vez que corté su cabello supe que sería una aventura conocerla y a sí fue, cada vez me sorprendía más, nunca la terminaba de conocer.
Ella eligió a Noemí como era de esperarse y yo aproveché la oportunidad de hacer la pregunta que estaba esperando.
- ¿Que haces con Jake realmente? -solté sin rodeos ni ataduras.
- Pues yo... -comenzó a decir mientras mordía su labio inferior.
- ¿Sexo? -intervino Candace.
- No, es más que eso -murmuró.
- Eso es verdad, es decir pueden estar horas y horas en la habitación y solo el 15% se escucha como eso -dijo Macarena. Su compañera la miró de manera recriminatoria. Al parecer estaba proporcionando más información de la necesaria.
- La verdad, verdad, es que hablamos. Son conversaciones profundas sobre la vida, sobre el amor, sobre... -respondió y se detuvo al notar que Candace fingía vomitar- ¿No me crees?
- Por favor, ¿Jake Berry hablando de la vida? Con suerte hablamos después de hacerlo -sentenció Candace.
- Creo es completamente imposible pero cierto, digo, él es muy profundo cuando se lo propone -intervino Macarena.
- ¿Cómo diablos terminamos hablando esto? -dije entre carcajadas. Jake Berry se había convertido en tema controversial y yo era la que junto con Noemí tendría que verlo a diario. Gracioso.
- ¡Es verdad! Dejamos de hacerlo hace unos días, ahora solo charlamos -repitió Noemí.
- Y se embriagan, no me sorprendería si tuvieran hierba ahí en el cuarto -soltó Macarena, quien estaba más divertida por la situación. Al parecer ella tenía las mismas curiosidades que yo respecto a esos dos.
- No hay hierba, ¿vale? -aclaró Noemí y nosotras asentimos.- Escojo a Kelly -cambió de tema rápidamente y me apuntó.
- De acuerdo, quiero verdad -dije mientras me recostaba en el piso y me concentraba en el techo.
- ¿Sientes algo por Jake? -preguntó Candace.
La muy malvada me traicionó, quería que respondiera algo que jamás en mi vida podría responder aunque quisiera.
Me relajé, por esas casualidades de la vida había hablado con Nate sobre esto y gracias a mi pésima demostración de mentira, dedicó unos minutos de su tiempo a enseñarme a mentir. Relajar la respiración, visualizar la mentira y pensar en la verdad en su lugar. Entonces así cuando dijera lo opuesto a lo que debería decir mi cerebro pensaría que era lo correcto. Quería mentir, probar si funcionaba pero ni yo sabía si era verdad.
- No -logré pronunciar sin sudar, actuar sospechosa o demostrar que me importaba, pero en realidad no estaba segura de si era un no falso o uno real.
¿Me gustaba Jake? no. ¿Psicológicamente? sí. ¿Físicamente? sí. ¿Entonces me gustaba? No. Podría considerarlo una especie de "amor platónico" una admiración a nivel intelectual. Me agradaba todo de él, y me sonrojaba en su presencia. Olvidaba hasta mi nombre y mis rodillas temblaban, pero no. Jake Berry no me gustaba, después de enterarme de que era una suicida decidí que Berry era una caja de Pandora. No quería saber nada más de él, y aún así seguía buscando algo. ¿Algo que odiar? Tal vez, no lo sabía.
Jamás me había enamorado, ¿se sentiría como con Jake? Claro que no. No tenía hermanos ¿se sentiría como con Jake? No. Entonces ¿qué me decía que eso no era amor, que eso no era estar enamorada? ¿yo? Solo lograba confundirme, de eso estaba completamente segura.

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