Momento de Preguntar

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- ¡Ahí estas! Lamento mucho la tardanza -gritó mi abuelo mientras atravesaba la recepción del piso- por lo que veo estas algo ocupada -me miró divertido, después de todo es mi abuelo.
- No te preocupes Bob. -respondí ignorando la presencia de Jake- Entonces ¿nos vamos ya?.
- Bob, tu nieta es una joven interesante pero demasiado distraída, ¿estás seguro que está lista? -dijo Jake a mi abuelo, por minutos me sentí algo confundida. Jake me guiñó un ojo y mi abuelo comenzó a reír.
- Kelly, él es Jake Berry -respondió mi abuelo.
- Sé quien es, lo que no entiendo es ¿por qué pregunta si estaré lista?
- No me dejaste terminar -lo miro de tal forma que parece comprender que quiero que responda a mi pregunta - Lo que quería decir, es que es hijo de Thomas Berry, nuestro jefe de laboratorio. Y al igual que tú hoy comienza la prueba, un motivo para mencionarle que posiblemente estabas aquí un poco aburrida.
- ¿Qué prueba? -miré sorprendida.
- ¿No se lo mencionaste? - intervino Jake
- Esperaba decirle cuando tu padre me llamó -respondió serenamente mi abuelo.
- Entonces metí la pata -miró Jake a mi abuelo y luego se volteó hacia mí- lo lamento.
- Vaya, ahora si debes tener millones de preguntas, pero no tengo mucho tiempo para responderlas -miró a Jake con esperanza- ¿puedes tú hacer de guía hoy? Necesito resolver unos asuntos que no tenía planeados -Jake asintió y se volteó nuevamente hacia mí- Por favor llévala luego a la clase. Confío en que sabrás responder sus preguntas, puesto que has estado aquí por lo menos 3 meses.
- No te preocupes. No creo que haga muchas preguntas puesto que con suerte me dijo su nombre -Jake me miró con una pequeña sonrisa.
- ¿Estarás bien? -me preguntó mi abuelo, asentí y después de un pequeño vistazo a Jake se alejó dejándonos completamente solos nuevamente.
- Bob es muy importante aquí, pero eso supongo ya lo sabes- me miró algo incomodo- No hablas mucho. Eso es tan...
- Raro. -completé la frase- Es algo que he oído antes.
- Iba a decir intimidante, pero en fin. ¿Un postre?
- De acuerdo, pero déjame ser clara: tengo muchas preguntas y el azúcar solo hará que aumenten -comenzó a reír y le compartí una sonrisa que muy pocas veces daba a extraños.
- Entonces si va a ser así te daré uno dietético.
Nos dirigimos al ascensor donde pulsó el botón 0, que me explicó era el entre piso que dividía la superficie de la cede.
Una vez en el piso se podía ver a simple vista que era un comedor, para un centenar de personas. Estaba un poco vacío supuse por la hora pero para ser la primera vez era espectacular ver como se parecía a la cafetería de una escuela y a la vez a un comedor del centro comercial. Jake me condujo hasta un mostrador y pidió dos flanes, al parecer lo conocían. Nos fuimos a sentar en un lugar no muy lejano al mostrador pero si lo suficiente como para sentir esa soledad de nuevo.
- Vengo muy seguido aquí, por lo menos desde que llegué a la cede.
- Tres meses si no oí mal.
- Al parecer no eres tan distraída.
- ¿Como puedes llevar tanto tiempo aquí y seguir siendo novato?
- Verás -suspiró- descubrí este secreto en septiembre, las pruebas se hacen en los meses de Julio y Diciembre. Así que supongo que el resto es obvio.
- ¿Que pruebas? -estaba tan confundida aún.
- Para convertirte en agente, o como popularmente dicen "espía" debes pasar la prueba -lo miré un poco más clara y este continuó- primero se eligen parejas, no sé como, pero hacen que sean una pareja compatible hasta el final. Luego viene la segunda etapa que consta de que un agente tutor escoja la pareja que entrenará con él para la prueba final que según tengo entendido es una misión real. No todos la completan y muy pocos con éxito. Si lo haces pasas a ser oficialmente un agente del gobierno. Si la completas es posible te conviertas en una especie de nivel inferior -comenzó a susurrar- pero si fallas rotundamente terminaras limpiando los baños, oficinas o sirviendo postres por el resto de tu vida.
- Eso suena bastante alentador.
- Lo es. Ahora permíteme saber más de ti, tienes 18 años, tu abuelo es el jefe de este lugar. ¿Que fue lo que hiciste para terminar aquí?.
- ¿Como sabes que tengo 18?
- Nos dejan terminar la escuela antes de obligarnos a trabajar aquí para siempre.
- Pero dijiste que estás aquí desde hace 3 meses, ¿como es eso posible?
- No me dejaron continuar la universidad. Me quedaban menos de 2 semestres para recibirme -lo miré sorprendida y con un gesto de mi cara le demostré cuanto lo sentía- pero que le voy a hacer, después de todo es la cárcel más tecnológica en la que he estado -ahora lo miré con asombro, ¿estuvo en la cárcel?- calma morena, no soy un chico malo, hablo de mi casa cuando tenía tu edad.
- Agradecería no me llames morena.
- De acuerdo, pero buscaré un apodo más sexista que te haga sonrojar más de lo que estas ahora y vas a rogarme que te llame morena de nuevo -negué con la cabeza. Él tenía razón me estaba sonrojando, pero no tenía nada que ver con él, todos los chicos me hacían sonrojar, sobretodo los que me miraban a los ojos y sonreían de vez en cuando tal y como Jake lo hacía en ese momento.

Después de contarle mi historia, sin mencionar a mi padre, y como odiaba estar en este lugar terminamos nuestros postres y me guió hasta el piso -25 donde se iniciaría mi definitiva aceptación a la vida que me tocó vivir. Una vez designaran compañeros ya no solo sería mi problema sino también el de otro, así que por más que lo quisiera arruinar no podía, no quería hacer pagar a otro por mis luchas contra el sistema.
Mientras pensaba en eso me pregunté si esa era la razón de que lo primero que hacían era formar las parejas para así evitar que otras personas como yo se negaran a trabajar por conseguir algo que no querían. Tal vez el gobierno si era lo bastante consciente como para tomar esta medida del rechazo hacia su sistema de reclutamiento y eso lo hacía ante mis ojos más difícil de vencer, tenía una pequeña esperanza de llevar una vida normal pero sentía que por cada piso que descendíamos una pizca de ella moría para ser reemplazada por resignación. Que bueno que por lo menos aún podía probar el próximo año en la compañía de mi padre. Quizá ahí si podría arruinarlo en grande.

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