Ascensor

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El día había pasado rápidamente después del almuerzo, me había quedado charlando con Zeed y Candace en la mesa y luego a eso de las siete volví a mi piso a terminar la maleta.
La estaba terminando cuando sentí la puerta a eso de las once. Era Jake, venía cansado.
- Creí que no dormirías aquí esta noche -le grite desde mi cuarto en tono burlón, obviamente algo había salido mal en su cita.- ¿Que ocurrió? ¿es lesbiana también?
- Es virgen.
- ¿Y? Creí que eras un mujeriego clase A.
- ¡¿Clase A?! -comenzó a reír- No sé quien te lo habrá dicho pero, me considero más uno de clase C. -Le miré extrañada desde mi habitación- Tengo ocho excepciones a la regla.
- ¿Tienes reglas para dormir con mujeres? Jake Berry, estas demente.
- Número uno, no duermo con menores de edad. No soy pedófilo ni nada.
- ¡Wau! Miles de madres deben estar más que agradecidas contigo -respondí sarcásticamente, ¿como diablos terminé escuchando sus reglas?
- Número dos, no duermo con mujeres mayores de 35.
- Por lo menos tienes limites -puse los ojos en blanco.
- Número tres, no duermo con familiares. Eso sería repulsivo. -fingió vomitar y yo reí.- Número cuatro, no me acuesto con lesbianas, por muy guapas que sean.
- ¿Como Macarena?
- Exacto. Número cinco, no duermo con mujeres en una relación. No quiero ser el amante, sería como robar.
- ¿Pero si te dice que terminará?
- Que termine y me busque, no voy a ir corriendo tras una mujer, no es mi estilo -lo miré divertida, pareciera que era más quisquilloso de lo que pensaba- Número seis, no duermo con vírgenes, no quiero que mi aventura de una noche sea algo para sus memorias.
- Jake, son mujeres de las que hablas, no muñecas u objetos -le dije obvia y a la vez divertida.
- Número siete, no duermo con mujeres ebrias. Porque jamás me aprovecharía de una mujer en ese estado. Y número ocho, la más importante, no tengo relaciones con prostitutas durante sus horas de empleo. Porque va contra mis principios pagarle a alguien por sexo, es como decir que son objetos y eso es totalmente estúpido de mi parte, porque si las tratara como objetos no tendría mis reglas y...
- Jake, ¿bebiste?
- ¿Si? -le miré escéptica- Algo, ¿cuál es el problema?
- La maleta, ¿recuerdas? Hay que hacerla.
- Está bien, iré a darme una ducha de agua fría y la haré, mamá-lo dijo en una burla que nos hizo reír a ambos, luego se fue a dar una ducha y yo a dormir.

Al día síguete desperté confundida, no reconocía mi recámara. Luego me orienté y caí en cuenta de que todo era verdad, que ayer había estado en un puto laberinto y que ahora tendría que lidiar con un Jake ebrio.
Salí de la cama y me dirigí a la sala de estar, allí Jake yacía sentado viendo televisión.
- Son las 10 de la mañana, ¿no es algo tarde para despertar?
- ¿Las maletas?
- Las vinieron a buscar hace tres horas. Estas algo atrasada -le miré preocupada y el me sonrió- tranquila, las saqué quince minutos antes de las siete.
- Gracias.
- No me agradezcas Ly, a las doce hay que estar en la sala de entrenamiento para la misión. Apresúrate y báñate. Tenemos que desayunar y tienes que explicarme a quien se le ocurrió la idea de decirle a Noemí que dijera que era virgen.
- ¿Como lo supiste?
- Pequeño saltamontes, cuando son las dos de la mañana, sobrio y sin sexo, usualmente te preguntas por qué. Una vez había terminado la maleta me senté a analizar la situación, con un vaso de ron en la mano me di cuenta de que Noemí era bastante experta para ser virgen. Y a eso de las cinco de la mañana tuve la certeza de que alguien que conocía mis reglas le dijo que me dijera eso para que no lo hiciéramos.
- Jamás te diré -comencé a reír, Jake parecía un mafioso sentado allí viéndome fijamente. Solo faltaba un gato para completar la ilusión.
- Eso me temía. Fue Candace ¿no?
- Sí, creyó divertido jugarte una broma -ambos reímos- ahora, si me permite iré a darme un baño. -Salí en dirección al baño, y antes de entrar en el.
- Morena, dile a tu amiguita Candy que lo hice con Noemí dos veces a las tres de la mañana.
- ¿Solo dos? -grité mientras me encerraba en el baño.

Jake estaba vestido con una polera beige, jeans y unas converse. Algo que el describió como casual. Yo por otro lado decidí usar calzas, polera y zapatillas negras, esta vez no quería ser visible desde el otro lado de la habitación.
- Vamos a viajar, la idea es no llamar la atención Barbie.
- Esto no llama la atención -lo miré seria.
- Tal vez aquí no lo haga, pero en el exterior, créeme, si lo hace.
- Está bien, me cambiaré -refunfuñé mientras que a paso lento me dirigí al cuarto y cambie mi polera por un vestido azul y bailarinas del mismo tono.
- ¡Para hoy día Elly! -lo escuché gritarme mientras yo me acomodaba el cabello en un moño simple.
Cuando salí Jake apuntaba a su reloj y pude sentir como sus ojos se posaron sobre mis piernas.
- Lindas piernas Ly -dijo y después silbó- Espero que todos lo crean porque llegaremos tarde y necesitamos encantar a los mentores.
- Eres un idiota -solté mientras le daba un empujón y luego él ponía un brazo sobre mi hombro en modo protector.
- Sea como sea la misión, debemos protegernos mutuamente, así que creo que no te conviene llamarme idiota -me dedicó una sonrisa y abrió la puerta con su mano libre.
Salimos de allí aun abrazados, por alguna razón no quería soltarlo. Su aroma se me hacia familiar, cuando estaba en el laberinto, sus brazos eran lo único que me hacia sentir segura.

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