| Broken | The 100 [2]

007

Al día siguiente, Crystal se encontraba dormida, mientras que Monty, Nathan y Spencer cuidaban de su sueño, sabiendo que ella estuvo toda la noche despierta por si algo extraño pasaba. De vez en cuando Nathan se giraba a verla, cuando no era su turno en la partida de Naipes, aún estaba cuestionándose que era lo que había pasado entre ella y el hijo del presidente, pero si la pelirroja no le contaba era por algo y no quería entrometerse mucho en el asunto.

La puerta se abre y el trío se gira a ver quién entraba, cuando vieron que eran Jasper y Maya, Nathan le subió el volumen a la música. — ¿Encontraron algo?—el moreno negó a la pregunta de Jasper. —Hay que seguir buscando, no sé qué le pasó a Harper, pero alguien debió ver algo.

— ¿En cuántos lugares podría estar? Estamos en un bunker cerrado—opina Nathan, un poco desesperado.

—Debe haber habitaciones que no conocemos—señala Jasper. —Lugares que no aparecen en los mapas.

— ¿Y bien?—cuestiona Nathan mirando a Maya. — ¿Es posible?

—Lo dudo, pero quizá—responde la pelinegra al moreno, quien bufa.

—Gracias. Eres de gran ayuda.

—Calma, Miller. Maya está de nuestro lado—defiende Jasper, a la pelinegra.

— ¿Estás seguro?

—Sí, arriesga más que todos nosotros.

— ¿En serio? ¿Terminará también en la caseta si la atrapan?—el gruñido de la pelirroja, asusta a la única chica que había ahí, porque había creído que estaba dormida.

—Hace lo que puede, Miller—habla Crystal bostezando, se levanta de la cama y se sienta en el suelo al lado de Spencer. —Cuando había que dudar de la gente, no lo hicieron y trataron a Clarke de loca, así que ahora nos ahorramos ese tipo de comentarios que no servirán para nada. ¿Estamos?

El nombrado bufa, mirando a la pelinegra por unos segundos y luego a su amiga, quien lo miraba severamente. —Sí.

—Bien, espero que tengan algo, porque no quiero haber perdido el tiempo durmiendo.

—Pues no perdiste el tiempo reina, encontré algo—dice Monty, mostrando los planos que había encontrado Nathan, la nombrada sonríe y todos prestan atención a lo que tenía que decir el asiático. —Eso nos lleva a una antena en el suelo. Bien, si podemos acceder a la radio, podremos enviar un mensaje por el canal del Arca y decirles que estamos aquí.

—La única radio está en el centro de comando en el nivel siete—habla Maya, inclinándose un poco para ver el mapa. —Es muy restringido.

—Antes entraste.

—Solo porque habían programado hacer una desinfección—explica, haciendo que los chicos se miraran. —No volverán a hacerlo tan pronto.

—No necesitamos la radio.