Capítulo 12.

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Han pasado varios días desde que Tom y yo estuvimos en mi departamento, las cosas entre nosotros se han distanciado un poco, pero las razones no son por su confesión sino porque Bill me asigna cada trabajo y casi no tengo tiempo de socializar con la gente, tal vez solo lo hago cuando uno de ellos me dice qué hacer.

Todo marcha bien, mi débil obsesión por saber quién es en verdad Dylan se ha ido, tampoco quiero volverme paranoica buscando el pasado, tan solo quiero saber por qué me seguía y de su reacción al ver a Tom.  

Un día, mejor dicho, una tarde, cuando mi víctima ingresa a una habitación que nunca sé qué hay adentro, yo observo hacia el final del pasillo, allí Tom baja de la mano con una tipa, una de cabello oscuro. Al parecer se divierten, o se ríen, no sé de qué, pero la están pasando bien.

Alzo ambas cejas, escuchando como la tipa se ríe de lo que sea que el otro le esté contando. Veo que pasan por debajo de mí, porque me encuentro en el pasillo suspendido, y salen hacia el exterior.

Por lo menos él la está pasando bien, y sus golpes y moretones han desaparecido, solo queda un leve tinte rosa en esos lugares.

Siento unos tacos que resuenan por el pasillo de metal, me giro y veo una linda muchacha de ojos oscuros y pelo rojo natural.

— ¿Little girl? —Pregunta sonriendo. Tiene una melena un tanto rebelde, porque que no es lacio, sino que tiene ondas. Yo asiento y me tiende unas hojas. —Soy Bridget, el reemplazo de Nathallie.

Esperen, ¿Qué? ¿En qué momento se fue ella de aquí? A mí nadie me dice nada. La mira un tanto extraña, mientras inspecciona las hojas que me ha dado segundos antes. Se trata de la información de la siguiente persona a la que debo ver, también hay fotografías del lugar donde puedo encontrarlo.

—Ah, ¿Puedo hacerte una pregunta? —Le digo entrecerrando un ojo, luce como una loca. Ella asiente sonriente. — ¿Qué sucedió con Nathallie?

La tipa hace una mueca, como indicándome que algo bueno no va a decirme. Yo la miro con atención.

—Al parecer se fue de vacaciones. —Asiente, ella no está muy convencida de esa información, ni yo tampoco. —Pero nos presentaron antes de que ella se marchara y creo… —Se inclina un poco hacia a mí, aun sonriendo, y susurra —Que no le caí bien.

Ahora yo asiento y frunzo los labios. Si de verdad pasó algo entre Bill y ella, no debo saber más. El de ojos color miel también tiene sus ligues, Nathallie lo sabe, pero tal vez ya está harta de pasar por todo eso y le dijo adiós. Bien por ella.

—Vamos, te acompañaré esta vez. —Dice amable Bridget. Yo sonrío de forma cortes, aunque en cierto grado ella me provoca ternura porque su sonrisa la hace ver adorable, su mirada llena de diminutas pecas y su cabello rojizo natural le dan una impresión de ser la armonía en persona.

Tiempo después, ambas estamos paradas afuera de un club nocturno. Las dos estamos vestidas de una manera espectacular, casi irreconocibles, con mucho maquillaje y peinadas de forma provocadora.

Ingresamos sin problemas, Bridget también tiene sus mañas, solo aparenta ser una niña buena pero por dentro es tan perra como todas las que están dentro del club nocturno. Nos dirigimos directamente a la sección VIP, el olor a humo de cigarrillos, a distintos perfumes, a alcohol, se me impregna en la nariz, lo mismo la música, todo está bien ambientado, todo es el comienzo de lo que puede ser una noche fabulosa.

Cuando vemos los sofás de cuero negro y las diversas parejas y grupos de amigos que se ríen y bailan al compás de la música, Bridget me da un codazo para concentrarme en el objetivo. En el tercer sofá, se encuentra el sujeto, un tal Alexander.

Our bastard secret [Tom Kaulitz - 1° y 2° Temp.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora