-¿Como que no lo sabes?, estaban contigo hace un momento – Emily casi grito con el miedo escalando por su garganta, Jared venia detrás de ella cuando alcanzo a escuchar lo que hablaban.
-Me distraje solo un momento. Estaba platicando con Prudence- Diane parecía al borde del llanto y eso tranquilizo a Emily, no era su culpa.
-Hay que tranquilizarse- Justin llamo a la cordura- hay que buscarlas entre todos, seguramente están jugando por ahí.
Los adultos se dividieron y se pusieron a buscar, Emily y Diane empezaron a preguntar a la gente pero nadie había visto a las niñas, Justin y Jared llamaron a los peones para registrar los callejones y las calles aledañas a la principal. Conforme los minutos pasaban el terror se apoderaba de Emily, Amanda jamás se había alejado tanto tiempo de ella, no entendía como había desaparecido de esa manera.
-No están por ningún lado- Jared se acercó a la iglesia con el semblante lleno de pesar, todos se habían congregado, el vicario había llamado a la unidad de todos los habitantes, pero ni así habían encontrado rastro de las niñas- Aaron, trae los caballos, las buscaremos en las cercanías, si alguien se las llevo deben de estar cerca aún-el robo de niños no era algo común en esas tierras, era más común el robo de ganado pero aun así tenían que actuar de inmediato.
-Patrón, los lobos- dijo el hombre negro con horror
-Hay que darse prisa- lo apuro Jared.
En ese momento Diane se derrumbó por completo y empezó a llorar en serio, Emily la miro con tristeza, ella se sentía igual pero no podía quebrarse, en nada ayudaría.
-Voy con ustedes- dijo Emily tomando quitándose los guantes.
-No-dijo Jared – tienes que quedarte aquí, si regresan tienes que estar aquí para ella.
-No voy a dejar a mi hija a la suerte y mucho menos en tus manos- Emily estaba desesperada pero no había olvidado el semblante y la duda de su marido al ver la oportunidad de deshacerse de la niña.
-Te prometo que la traeré de regreso- Jared la miro con dolor mientras Aaron acercaba su caballo- te lo juro por mi vida.
Emily lo miro con el ceño fruncido, pero dio un paso hacia atrás, y dejo que los hombres montaran, se había juntado un grupo grande, al menos 20 hombres estaban a caballo y rápidamente se dividieron para abarcar más terreno.
Conforme los minutos pasaban Emily estaba menos dispuesta a mantenerse quieta, Diane seguía llorando en el hombro de la señora Geller, el pequeño David estaba a su lado con la mirada perdida, en su pequeño mundo no podía entender que sus amiguitas estuvieran en peligro.
La esposa del vicario estaba rezando dentro de la iglesia junto a otras señoras, todo el día de fiesta se había transformado en una noche lúgubre y silenciosa.
Emily no podía estar sentada más tiempo y se puso a dar vueltas sobre la calle principal, tenía que hacer algo, estaba ideando que hacer cuando una sombra se interpuso en su camino, Julia Lowert la miraba con cara de pena y Emily recordó a la mujer, estaba tan desesperada por su hija que había olvidado por completo de esa mujer.
-Si me das un momento puedo explicar lo que escucho Señora Brown- empezó Julia con voz mesurada.
-¿Tú te las llevaste ?- pregunto directo Emily.
-No…. Pero creo saber quién pudo ser.
-Dímelo – exigió Emily – si les hiciste daño….
-Antes debes entender que no era mi intención hacerte daño a ti o a la niña, solo creí que sería lo mejor para todos.
-¿Para todos ? ¿o solo para ti ?- escupió Emily llena de ira- desapareciste por años, se lo que hiciste, Amanda era prácticamente una bebé cuando la abandonaste aquí, sin siquiera asegurarte de que estaría bien atendida.
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Por el corazón de Amanda
Historische RomaneEmily Collins nunca había hecho algo impulsivo en su vida; siempre se había conducido con mesura y discreción, pero al quedarse sola en el mundo y con la única opción de desposar al hombre que rompió su corazón y destrozo su reputación, decide conte...