Capitulo 25

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Jared apresuraba a su montura a todo lo que el pobre animal era capaz, la temperatura había descendido considerablemente y nubes de vapor salían del hocico del animal; el y Aaron cabalgaban con dirección  a las viejas minas bajo tierra , algunos las llamaban grutas: un viejo recordatorio de la época donde cientos de hombres habían venido al territorio con la esperanza de conseguir riqueza de la tierra, desafortunadamente para ellos tal riqueza no existió y pronto siguieron su camino dejando atrás algo más que sueños rotos.

-¿Cree que pueda estar aquí patrón?- pregunto el hombre negro.

-Hemos recorrido todo el terreno, este es el único lugar donde alguien podría esconderse- contesto Jared agarrándose a las paredes irregulares mientras descendía- hay que estar alerta.

Ambos hombres bajaron con cuidado, los años y el poco mantenimiento habían dejado un terreno completamente irregular, había senderos estrechos y caídas al vacío a cada paso. Con rapidez Aaron encendió un par de antorchas y ya con un poco de luz avanzaron. Jared sentía el corazón en la garganta, el miedo de perder a su hija no había dejado de palpitar en si desde que se habían percatado de su desaparición ¿Quién sería capaz de hacerle daño a un par de niñas inocentes?

Un ruido bajo alerto a los hombres, un quejido se habría paso por la oscuridad y los guio a la figura rota de Amelia Keller tirada en el piso y rodeada de un charco de sangre.

-Parece que cayo desde lo alto-razono Aaron mientras Jared se acercaba a revisar a la mujer, Aaron tenía razón, Amelia tenía un golpe fuerte en la cabeza y estaba casi inconsciente.

-¿Qué haces aquí Amelia?¿ has visto a Amanda y a Lucy?-pregunto sin muchas esperanzas el ranchero, sospechaba que algo había hecho Amelia, pero la desgraciada mujer no parecía capaz de reconocer a nada ni a nadie- quédate con ella, ve si puedes subirla.

-No creo que aguante mucho- dijo Aaron mirando a la mujer.

-Lo sé, pero debemos llevarla al pueblo, sus padres querrán tener el cuerpo de su hija- contesto Jared – avanzare un poco más, mantente alerta.

Jared dejo al hombre con el casi cadáver mientras el avanzaba por el sendero, las minas eran grandes y llenas de ramificaciones, en un intento de no perderse se guio por su lado derecho. Ruidos susurrantes lo pusieron alerta cuando dio vuelta a un rellano, patas arrastrándose podían escucharse cada vez mas cerca de el. Jared estaba por tomar otro camino cuando un sollozo lo hizo voltear la cabeza, un destello de tela azul claro lo hizo olvidarse por completo de los lobos que seguramente lo acechaban.

En una esquina acurrucada y abrazándose a si misma, Amanda lloraba, su hermoso vestido azul estaba lleno de polvo y su cabello rubio estaba todo despeinado, pero para Jared era la visión mas angelical del mundo.

- ¡Amanda! -grito Jared casi sin voz, al escucharle, la niña levanto la vista, tenía la carita sucia y largos surcos de lágrimas manchaban sus mejillas- gracias a Dios-Jared se acercó y tiro la antorcha a un lado y corrió para tomarla en sus brazos pero para su sorpresa Amanda se arrastró más lejos de el -¿Qué pasa Amanda ? Hay que irnos.

-No quiero ir con usted, quiero a mi mamá- Amanda se arrastraba con sus manitas en el suelo y Jared se pudo dar cuenta que su pierna estaba en una extraña posición, seguramente estaba rota.

-Amanda hay que irnos, Emily está muy preocupada por ti, voy a llevarte con ella.

-No- volvió a decir la niña- ella dice que usted no me quiere, que va a regalarme con una señora, yo quiero a Emily- Jared volvió a escuchar el sonido de animales acercándose y intento apresurar a la niña, pero esta empezó a gritar cuando hizo el intento de tomarla en sus brazos-¡!NO!! ¡¡QUIERO A MI MAMA!! DEJEME -Amanda se resistía a dejar que Jared la ayudara, incluso con el dolor que debia estar sintiendo no dejaba de pelear- Usted no me quiere, quiere que Emily no me quiera.

Por el corazón de Amanda Donde viven las historias. Descúbrelo ahora