El don de la luna.

Capítulo 2. La sala de investigación.

Íbamos por los pasillos del centro cogidas de la mano. Había mucha gente extraña por donde andábamos. Gente loca, en fin… Gente como yo. Escuchaba leves voces en mi cabeza. Algunas decían estupideces en plan: Chocolate... Ooohhh una niña… Uuuhh ¡es Rose! Tengo que salir de aquí… Otras voces decían cosas con más sentido. Un hombre muy extraño se me quedó mirando. Empecé a escuchar en mi mente cosas interesantes: Sal de este matadero lo antes posible… Tan pequeña y ya encerrada… Te vas a volver loca como no salgas de este sitio… Por favor pequeña ¡huye! No entendía porque escuchaba esas cosas en mi mente.

-Cariño, no hagas caso si alguien te dice algo extraño ¿vale?

-Bueno… De acuerdo.

-Por cierto… He pensado… ¿Qué te parece si te llamo Moon? ¿Te gusta Moon?

-Sí… Es bonito… Creo que me gusta.

-Perfecto. Vale… Hemos llegado. Este es el lugar que te he comentado.

Era una puerta enorme transparente que daba un poco de mal rollo. En la otra banda había todo de juguetes, papeles, lápices y cosas para pasar el rato. Cuando travesamos la puerta la chica me sentó en el suelo cubierto por una bonita alfombra de mariposa y se sentó en frente mío.

-Vale… Ten, quiero que me dibujes en este folio cómo te sientes ahora mismo.

Yo sin responder cogí el papel y el lápiz de color cian y me puse a dibujar. Mi lápiz calló al suelo y rodó hasta topar con una casita de muñecas. Rose se levantó a buscarlo pero cuando estuvo de pie el lápiz había regresado a mis manos, lo había movido con mi mente.

-¿Cómo has hecho eso pequeña?

-No lo sé… A veces mi mente hace cosas que yo no le pido.

La mujer impresionada se sentó y me siguió observando. Estaba alucinada con lo que veía. Entonces mi mente empezó a captar sus pensamientos. (Esta niña… Tiene algo especial… No puedo dejar que experimenten con ella… La mataran como hagan las cosas que hacen en el laboratorio… Es demasiado pequeña.)

-Rosy, sé lo que estás pensando. No te preocupes. Si esa gente intenta hacerme daño mi mente hará cosas extrañas, como hace siempre. No te preocupes.

-Pero… ¿Cómo sabes en lo que pienso?

-No sé… Ya te he dicho que mi mente es extraña.

-Tranquila, Moon yo te mantendré a salvo. No tienes de que tener miedo.

Y gracias a esa mujer sigo sana y salva.

-Vale Rosy. Oye, ya he terminado.

Cuando Rosy recogió mi dibujo se puso contenta. Hice un dibujo en el que salíamos Rose y yo cogidas de la mano y yo salía sonriendo. Pero entonces se fijó en los detalles. Salía yo rodeada de palabras como “Locos” “Te matarán” “Huye” “Son asesinos” “Corre” “Escápate”…

-Moon… ¿Qué significan estas palabras a tu alrededor?

-Bueno… La gente del pasillo me ha dicho cosas así. Creo que les pasa lo mismo que a mí.

-Un momento Moonlight… Ahora regreso.

La mujer se levantó y enfadada salió del lugar. Yo la podía ver. Estaba en el pasillo por donde habíamos venido minutos antes. Estaba gritando cosas.

-¡¿CÓMO SE OS OCURRE?! ¿POR QUÉ LE DECIS ESAS COSAS A LA POBRE NIÑA? DEJAD DE MANIPULAR A LAS PERSONAS CON VUESTROS JUEGUECITOS. ¡ES SOLO UNA NIÑA!

Entonces el señor que me había hablado normal se levantó de su silla temblando y miró a Rose.

-Mira… Lo único que hacéis en este sitio es matar a las personas. Es niña va a sufrir por vuestra culpa. Llevo aquí encerrado desde que era un jovencito y mírame ahora. Tengo setenta y nueve años y sigo en esta mierda de sitio. Lo único que ha cambiado ha sido la tecnología. Las personas son distintas, incluida tú. Pero todo es mierda. Personas…

-¡CALLATE NELSON! NO QUIERO ESCUCHAR TUS PALABRAS. ME PONES ENFERMA CADA VEZ QUE ABRES LA BOCA. INTENTARÉ AYUDAR A ESA NIÑA TANTO COMO PUEDA. Y TÚ NO ME LO VAS A IMPEDIR. COMO ME ENTERE DE QUE VUELVES A DECIRLE UNA SOLA PALABRA TE ENCIERRO EN TU HABITACIÓN PARA SIEMPRE.

Ahora estaréis pensando que Rose es una mala persona… Pero en realidad no. En un futuro entenderéis porque hico lo que hico.

-Vas a matar a esa niña… Y si no la matas, la traumarás… No me fío ni un pelo de ti…

-Adiós Nelson… No quiero volver a oír ni una sola palabra de tu bocaza sucia que solo suelta palabras sin sentido.

Y Rose regresó a la habitación.

-Cariño…

-¿Nelson es malo? ¿O la mala eres tú?

-Mira… Nelson tiene un problema. No está bien de la cabeza. No te preocupes. Estarás bien conmigo no le hagas caso.

-Bueno… Si tú lo dices…

Entonces me cogió de la mano y me levantó.

-Bueno, ya es tarde vamos a acostarte. Va siendo hora de dormir.

Me cogió en brazos y cubriéndome la cabeza con sus manos pasamos el pasillo. Nelson no me dijo nada. Creo que aprendió la lección. Lleguemos a mi cuarto y me metió en la cama. Me había quedado dormida en sus finos brazos así que me puso el pijama mientras dormía y me tapó con la colcha. Me besó en la frente y se fue. Al llegar a la puerta me miró.

-Moon, cariño… No voy a permitir que nada malo te suceda.

Y se fue.

Esa noche tuve una visita. Se trataba de Nelson. Se coló en mi cuarto y se sentó en el borde de mi cama mientras yo dormía. Entonces cogió uno de mis cojines y me lo empezó a apretar sobre la cara. ¡Me intentó matar! Yo chillé y chillé. En mi habitación habían cámaras así que en pocos segundos Rose estaba en mi habitación regañando a Nelson.

-¡PERO ESTÁS CHALADO! VETE DE ÉSTE SITIO AHORA MISMO. TE VOY A DENUNCIAR Y TE VAN A METER EN LA CÁRCEL POR LOCO. ¡LARGOOOO!

Nunca he vuelto a ver a Rose tan enfadada. Fueron ciertas las palabras de Rosy. Denunció a Nelson y semanas más tarde ya estaba encerrado en la cárcel. Y por muchos años… Los próximos años fueron duros. Pruebas, pruebas y más pruebas. Hasta que cumplí los trece años… Fue el mejor día de mi vida.