Capítulo 25. Por fin aquí.

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Un pequeño golpe me despertó, asustada, me giré a un lado y a otro para comprobar si había pasado algo y solo era que Josh estaba bajando las cajas de la furgoneta. Sí, oficialmente estaba en mi nueva casa. Observé el edificio, era alto, grande y un tanto antiguo, pero se notaba que habían hecho lo posible para que no pareciera una antigualla. Me desabroché el cinturón y bajé de la furgoneta de un salto.

-Hola Josh.

-Hombre, pero si es la bella durmiente. ¿Cómo te ha ido el viaje?

-Bueno, durmiendo, como le corresponde a una bella durmiente.

Josh se rió y me dejó sobre los brazos tres cajas de cartón.

-Princesita, usted también tiene que colaborar con la mudanza, en realidad, debería hacerla sola.

-Oye, que yo de princesa no tengo nada y si tengo que apechugar, apechugo.

-Bien bien, eso me gusta. Ahora coge todo eso que te he dado y llévalo a la puerta, cuando lo tengamos todo lo subimos al piso de Brent.

-Vale caballero sin espada.

No quise ver su cara tras eso, porque sabía que se reiría de mí, así que preferí andar hasta la puerta y dejar las cajas. Allí, tras esa gran puerta de cristal, se encontraban un grupo de chicas, tenían pintas de pijas, no por nada, solo que iban vestidas con ropas a mi parecer carísimas, peinados extravagantes y todas llevaban móviles caros. Realmente no sabía si eran buenas o malas, las apariencias pueden engañar. Cuando dejé las cajas con el resto regresé a por más hasta que entre Joshua y yo las habíamos dejado todas.

-Bien, vamos a subirlas ahora, eso no será tan complicado, hay un ascensor aquí así que no hay problema.

-Perfecto.

Cogí unas pocas cajas más y las llevé al ascensor. Cuando todo estuvo en el ascensor subimos hasta el piso de Brent. Y cuando por fin estuvimos en la entrada Josh abrió la puerta con una llave.

-No sabía que tuvieras llaves.

-Y no las tengo, son las tuyas, Brent me las dio hace un tiempo pero me dijo seriamente que las guardase hasta que te mudases con él.

-Ah, eso está bien, ahora dámelas.

Y me tiró las llaves desde dentro de la casa. No había nadie, solo silencio y cosas tiradas por el suelo. Brent solía ser un poco desordenado y eso lo tenía clarísimo. Le iría bien tenerme en su piso, porque yo era algo más ordenada que él. Nada más entrar en el salón tuve que recoger algunas cositas. Porque realmente eso parecía una pocilga, estaba más sucio que yo que sé. En fin, estuvimos un rato desempaquetando cosas y por fin, después de dos horas terminamos con todo. Nos reímos un montón porque Josh abrió la caja con la ropa interior y se puso unas bragas mías en la cabeza, el chaval era muy normal… Claro, ¿por qué no?

-Oye Moon…

-Sí dime.

-¿Estás lista para esto?

-Claro Josh, para esto y mucho más, quiero empezar una nueva vida, dejar mi pasado atrás y olvidar todo lo que me hizo daño, tanto las personas, como los lugares e incluso lo de mi don.

-Eso último…

-Sí, lo sé, pero bueno, hay manera de olvidarlo. No te preocupes, estaré bien.

-Eso espero pequeñina.

Y así seguimos hablando por horas, hablando con el que sería la mejor persona del mundo en un tiempo, ya que muchas cosas podrían cambiar en esos futuros años, demasiadas cosas…

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¡Hola! Sí, lo sé, he estado casi dos semanas sin publicar, lo siento, se me fué de las manos, espero que no os haya molestado demasiado. Aquí comenzará un poco de salseo cómo diría Rubius. :') Bueno, nada más, sé que es cortito, pero también es muy tarde y estoy un poco distraída así que ya iré subiendo más, ahora sí, estoy de vuelta y seguiré siendo fiel a vosotras y vosotros pequeños lectores. Wiiii <3 Un besito de buenas noches, a los de España, y nada, a los demás lo que sea jajajaja. ¡Adeu!

El don de la luna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora