Capítulo 31. ¿Día de locos?

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*Joshua:

Me levanté con Moon entre mis brazos, me daba tanto miedo moverme un solo centímetro solo de pensar en que la podría despertar que no sabía que hacer. Ella tenía un reloj en su cuarto así que lo observé, eran las diez y algo, joder, era temprano, raro en mi lo de levantarse a esas horas… Cerré los ojos y empecé a pensar en todo lo que había pasado el día anterior… Brent… Joder, amigo mío, ¿Cómo pudiste ser tan gilipollas? De todas maneras, aquello me favorecía a mí, básicamente por el hecho de que por fin tenía lo que tanto esperaba, la chica de mis sueños.

-Josh…

-¿Sí?

-Estás despierto…

-Sí…

-¿Qué hora es?

-Las diez y cuarto.

-Guau, que pronto….

-Ya lo sé…

-Es que eres muy cómodo.

Dios, que risa me dio ese comentario, en serio, estaba muy loca esa chica.

-¿Y eso?

-¿Y a mi qué me cuentas? Tú eres el cómodo, no yo.

-Yo creo que sí lo eres…

-Ah, bueno, si tú lo dices.

Se rió, su risa, su hermosa risa… Era como música para mis oídos, y sus ojos, ellos eran como obras de arte para los míos, su pelo… Era igual de suave que la seda… Toda ella era como lo más hermoso que había en ese mundo… La amaba, la amé, y la amaré para el resto de mis días… Lo cual me hace pensar en lo que pasó hace unos años…

*Flashback, Joshua:

Era el cumple de Brent, y él me había pedido que fuera antes para ayudarlo con la preparación de la fiesta, y yo, creí que aquel era un buen momento para contarle lo que llevaba tanto tiempo esperando hacer. Llamé al timbre y Cristina, la mamá de Brent se asomó por la puerta.

-¡Hola Josh cariño! Entra, entra, Brent está arriba. Uff… ¡Cómo has crecido, ya eres casi más alto que mi marido!

-Jajaja, hola señora Douglas, es verdad que he crecido, me lo suelen decir mucho.

-Sube anda, que te está esperando.

-Vale, gracias Cristina.

-De nada guapo.

Y subí las escaleras hasta llegar al segundo piso, allí me acerqué a la puerta de la sala y casi temblando por los nervios giré el pomo.

-¡Colega! Por fin has llegado, tengo muchas cosas que preguntarte sobre la fies…

-Antes de nada quiero que sepas algo.

-Claro dime.

-Voy a ser claro, desde que me presentaste a Moon aquel día por WebCam me he… No sé, enamorado.

-Oye, oye, oye… Moonlight es mía, ni se te ocurra ligar con ella eh.

-Bueno, no tienes por qué impedírmelo…

-Gilipollas, Moon es mía.

-No he visto que tenga ninguna etiqueta con tu nombre…

-No me jodas cabrón, a mi me gusta mucho más que a ti.

-¿A caso esto es una competición?

-Vete a la mierda.

-Ya estoy en ella…

-Mejor cállate si no quieres que te eche. Ella me gusta, y mucho, quédate con Melanie anda.

-Sabes que no la quiero…

-Sí, pero tampoco quieres a Moon.

-Anda, déjame ya. Vamos a hablar de la fiesta joder.

Ya habían pasado las horas y Brent me había presentado por segunda vez a Moon, y entonces fue cuando me cogió para decirme que la iba a besar y que le pediría salir, pero yo estaba seguro de que aquello saldría mal, pero no, como ya sabéis, salió bien porque estuvieron juntos por mucho tiempo. Desde aquel día el amor que él sentía hacía Moon se convirtió en una especie de competición y ya no me apreciaba tanto cómo antes, yo tan solo me limitaba a decir que ya no la quería, pero los dos sabíamos que la seguía amando, y que aquello no cambiaría jamás, porque era casi imposible dejar de querer a Moonlight, era cómo la luz que iluminaba mi camino lleno de oscuridad, era mi pequeña lunita… Y al final, terminé ganando aquella especie de batalla, al menos por el momento.

El don de la luna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora